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Sale a la luz cómo fue la brutal muerte de Mati Muñoz: desaparecida en Indonesia

La policía indonesia ha hallado el cuerpo de Matilde Muñoz en una playa cercana al hotel Bumi Aditya tras dos meses desaparecida.

Sale a la luz cómo fue la brutal muerte de Mati Muñoz: desaparecida en Indonesia

Salen a la luz nuevos detalles sobre la muerte de Mati Muñoz. Su cuerpo ha sido encontrado en una playa cercana al hotel Bumi Aditya de Senggigi, donde se alojaba cuando se le perdió el rastro.

Desde el primer momento se sospechó de la posible implicación del alojamiento o de su personal en su muerte. Entre otros motivos, porque dirigieron a los agentes a una habitación diferente cuando pidieron analizar la escena del crimen o porque una empleada mostró un falso mensaje en el que supuestamente Mati le habría indicado que se marchaba a Laos.

Sin embargo, la gran labor de sus allegados por visibilizar una desaparición que se extendía ya durante dos meses y los trabajos de investigación han permitido detener a dos sospechosos tras localizar el cuerpo.

Un violento robo: el escalofriante relato del asesinato de Matilde Muñoz

Los presuntos culpables de la muerte de Mati Muñoz intentaron justificar inicialmente el fallecimiento alegando que se produjo en mitad de una acalorada discusión. Uno de ellos la habría empujado y ella finalmente perdió el conocimiento después de golpearse contra el suelo.

Matilde Muñoz había permanecido desaparecida en Indonesia durante los últimos dos meses
Matilde Muñoz había permanecido desaparecida en Indonesia durante los últimos dos meses RRSS

Pero finalmente, S.U., de 34 años, y empleado del hotel; así como H.R., alias Ge, de 30, ex empleado del alojamiento que había sido despedido hacía dos años por robar a un cliente, reconocieron ante la policía de la comisaría de Senggigi, en la isla de Lombok, que accedieron al bungaló donde dormía Matilde Muñoz, el número 107, alrededor de las 3 de la madrugada del 2 de julio.

La nueva versión de los acusados es que irrumpieron en el alojamiento y empezaron a robar el dinero y pertenencias de Mati Muñoz. En ese momento, ella se despertó y les recriminó su actitud. Como los ladrones eran habituales del alojamiento y podían ser identificados, señalaron, la asfixiaron con sus manos y nunca con una toalla, para después certificar que no respiraba al colocarla en el suelo de la habitación.

Después de terminar de revolver sus cosas para localizar objetos de valor, la envolvieron en su sábana y llevaron a solo diez metros de su bungaló, al cuarto donde se guardan materiales y el generador del hotel, que ya estaba en desuso.

Los asesinos finalmente movieron el cuerpo en un movimiento improvisado cuando la presión mediática creció sobre el caso. Lo trasladaron a la playa de Batu Bolong, situada a menos de un kilómetro del hotel, el lugar más cercano donde podían enterrar un cuerpo en la arena sin necesidad de grandes medios.

La muerte de Mati todavía mantiene incógnitas: los agujeros en la investigación

En todo caso, la investigación todavía no ha esclarecido muchos aspectos de todo lo ocurrido. Por ejemplo, cómo se encontró un pendiente de la víctima bajo la cama un mes y tres semanas después de que resultara asfixiada, además de un trozo de una de sus pulseras.

Tampoco, cómo los empleados del hotel siguen sin ser capaces de explicar el motivo por el que la televisión de Mati desapareció sin dejar ningún tipo de rastro, cuando se sospecha que en la pelea de la víctima con sus agresores podría haberse caído y después roto.

El robo por el que los ladrones asesinaron a Mati fue de 3 millones de rupias indonesias en billetes, que al cambio serían alrededor de 156 euros. El pasaporte de la víctima se recuperó en las inmediaciones del hotel, mientras que las dos tarjetas visa que Mati recibió doce días antes de la muerte fueron tiradas a la basura.

Los ladrones habían vendido también en el mercado negro el teléfono robado a la víctima. La Interpol logró hacerse con el dispositivo y fue clave para llegar primero hasta Ge, ex empleado del hotel donde dormía Mati, que tras un interrogatorio señaló a su cómplice.

Los acusados han reconocido que eran los mismos que habían estado atracando a otros clientes del hotel. Se pueden encontrar reseñas en internet en las que se alerta de este tipo de situaciones en el alojamiento y la escasa implicación de los empleados en prestar apoyo a los huéspedes.

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