La famosa marca de cristalería Duralex está atravesando una mala racha. En 2020, un tribunal comercial de Orleans (Francia) declaró a la fábrica en suspensión de pagos, pero esta se salvó cuando el grupo francés International Cookware la compró por 3,55 millones de euros un año después.
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Sin embargo, nunca ha conseguido salir a flote del todo y ahora la última planta en activo de la empresa de vajillas Duralex, situada en Orleans, ha anunciado su cierre temporal. A partir del 1 de noviembre, la fábrica de Orleans cerrará durante 5 meses. Sus trabajadores, que constituyen una plantilla de unos 250 personas, cobrarán el 95% del sueldo e irán al paro.
El motivo responde al alto coste de producción motivado por la subida de precio de las energías. José Luis Llacuna, presidente de la empresa, ha señalado a Catalunya Radio que "en condiciones normales, la energía invertida en la fabricación de vidrio representa entre un 5 y un 7% de los costes energéticos de la facturación. En estos momentos representa el 46%. Y esto es inviable".
Ante esto, Llacuna también ha comentado que esta crisis energética podría ser el motivo de desaparición de Duralex y otras 300 grandes compañías europeas de la industria, lo que supone un paso atrás preocupante.
" Si cerramos las industrias productivas en Europa, ¿a dónde iremos a comprar los productos que se producen hoy en Europa? Todos tenemos la respuesta y eso es totalmente contrario a lo que buscamos políticamente e industrialmente", señala.
Esta medida tiene como fin hacer que la empresa pueda reimpulsar su producción en abril, pero esto solo será posible si la situación de la crisis energética mejora y los costes de producción vuelven a ser asequibles.
77 años de historia
Tras 77 años de andadura, la compañía, radicada en La Chapelle-Saint-Mesmin, en Loiret (Francia), comercializaba sus productos en un centenar de países y tomó su nombre de la máxima latina 'Dura lex, sed lex': la ley es dura, pero es la ley. La firma empezó su andadura en 1945 y fue uno de los símbolos europeos de la segunda mitad del siglo XX.
Perdió fuelle en la década de los 80 y en la actualidad, se han convertido en objeto de coleccionista de aquellos niños ahora nostálgico por recuperar las que fueron sus tazas del desayuno.
Sus platos, platos y tazas se caracterizaban por su resistencia y durabilidad. Hubo una época en que las vajillas Duralex suponían un símbolo de progreso frente a las tradicionales de porcelana.
