La tragedia de la DANA del 29 de octubre de 2024 se cobró más de 200 víctimas mortales. Los ciudadanos se vieron sorprendidos por la riada en plena actividad cotidiana: descansando en una vivienda a ras del suelo, paseando por la calle, recogiendo su coche en el aparcamiento o visitando un centro comercial.
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Se trataba de actividades de máximo riesgo en esos momentos, pero no tenían la información necesaria. La Generalitat Valenciana, que tenía constancia de los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no envió mensajes masivos de alerta a través ES-Alert hasta las 20:11 horas.
Por entonces, ya se habían registrado la mayoría de muertos y desaparecidos, con una crecida que se extendió durante toda la tarde. Entre otros aspectos, el mensaje se ralentizó porque los responsables se dedicaron a conversar sobre qué idioma priorizar en el texto de emergencia.
Pero lo más llamativo de la tarde fue la ausencia del máximo dirigente, el presidente Carlos Mazón. Se citó con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante El Ventorro a las 15:00 horas y no abandonó el establecimiento hasta pasadas las 18.30 horas. Luego se marchó con ella a un aparcamiento situado en sentido contrario al Palau de la Generalitat y desapareció del mapa.
El coche no abandonó ese parking hasta las 19:47 horas, según el pago registrado en el aparcamiento. Vilaplana asegura que permaneció encerrada en el aparcamiento subterráneo trabajando con su ordenador dentro del coche.
Todos estos hechos alargaron la llegada de Carlos Mazón al Cecopi, la reunión que gestionaba la emergencia. No se presentó allí hasta las 20:28 horas, es decir, cuando incluso ya se había enviado el mensaje tardío.
Un WhatsApp de alerta antes de la comida con Vilaplana: "Cojonudo"
La situación era grave desde el primer momento y así se estaba alertando. Un WhatsApp de la entonces consellera de Emergencias, Salomé Pradas, se lo indicaba a Carlos masón a las 13:03 horas de aquella jornada, es decir, dos horas antes de citarse con Vilaplana en El Ventorro. Lo que más sorprende es la respuesta.
"Lo que más preocupa ahora es zona Ribera Alta, barranco pollo y río Magro", escribió Pradas a Mazón para advertirle de la emergencia, como recoge el diario El Mundo. La respuesta del presidente llegó solo media hora después con el siguiente escrito: "Cojonudo".
Pradas volvió a escribir a Carlos Mazón a las 14:11 horas, es decir, 50 minutos antes de la cita con Vilaplana en El Ventorro. "La cosa se complica en Utiel", le indicó. A pesar de todo, mantuvo la cita, a las 15:00 horas, precisamente cuando la Generalitat reclamó la intervención de la UME por las inundaciones. Mazón ni respondió.
Con este panorama, Salomé Pradas escribió al jefe de gabinete de Mazón, José Manuel Cuenca, a las 14:25 horas para insistir: "La cosa se complica en Utiel", le escribió. "¿De lluvia?", le preguntó entonces. "El río. Se está desbordando", indicó Pradas un minuto después. Cuenca respondió: "Vale. Ostias". Cuenca era la única persona que Carlos Mazón iba a comer con Maribel Vilaplana en tan solo media hora.
La defensa de Salomé Pradas mantiene que estos mensajes de WhatsApp, que se han entregado voluntariamente en el juzgado, "demuestran, junto con las llamadas, que Pradas tuvo a Presidencia de la Generalitat al corriente de lo que iba sucediendo antes y durante el Cecopi".
