La periodista Maribel Vilaplana comió con el presidente valenciano, Carlos Mazón, en el restaurante El Ventorro en plena alerta meteorológica por la DANA, que dejó más de 200 muertos.
Su testimonio se ha considerado clave en la gestión de Carlos Mazón aquella jornada, puesto que la reunión se extendió hasta pasadas las 18:00 horas y el presidente llegó al Cecopi pasadas las 20:00, sin las alertas enviadas todavía a los teléfonos de los valencianos.
Como consecuencia de esta ausencia de alertas, muchos ciudadanos se vieron sorprendidos por la riada paseando por la calle, trabajando, visitando centros comerciales o recogiendo el coche en el aparcamiento. Precisamente, este último hecho fue una de las grandes circunstancias de la elevada mortalidad de aquella jornada.
Maribel Vilaplana rompe su silencio: "Fue una maldita coincidencia"
Ahora, Maribel Vilaplana ha roto su silencio después de meses en los que ha evitado pronunciarse en todo momento. En una carta remitida a los medios de comunicación ha criticado el "acoso" recibido y ha expresado: "Estar allí aquel día fue una maldita coincidencia y un horrible golpe de mala suerte".
En su carta, Maribel Vilaplana explica lo que ocurrió durante la comida en El Ventorro: "En un momento determinado de la comida, el presidente empezó a recibir llamadas que interrumpieron nuestra conversación de manera continuada".
Vilaplana ha explicado que en todo momento se mantuvo ajena a las comunicaciones que se produjeron en el restaurante: "No pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto".
De este modo, la periodista no ha confirmado si Carlos Mazón era consciente realmente de la gravedad del temporal a las 15:00 horas, cuando comenzó la comida en el restaurante El Ventorro.
"Esas interrupciones, sumadas a la espera y a la despedida, demoraron también mi salida del restaurante, que se produjo finalmente entre las 18:30 y las 18:45", ha explicado Vilaplana. En todo caso, Carlos Mazón no hizo presencia en el Cecopi hasta las 20:28 horas.
La periodista afirma que se ha visto sometida "a una presión insoportable", con todo tipo de insultos y "un escrutinio insoportable", por lo que afirma que ahora está recibiendo tratamiento psicológico por un diagnóstico de estrés postraumático.
"¿Realmente habría pasado lo mismo si en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente? ¿Se habrían dicho las mismas cosas, con el mismo tono y el mismo juicio? ¿Habría despertado tanto morbo, tanto machismo rancio y tanto prejuicio?", se ha cuestionado Vilaplana, que considera que el "enfoque profundamente sexista ha servido como cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades que se derivaron de aquella jornada".
Por este motivo, la periodista cree que se ha convertido en una "diana" ante todo lo ocurrido. "Quiero dejar claro que en el momento en que me marché de la reunión no era consciente de la gravedad de lo que estaba sucediendo en otras localidades valencianas, porque en la ciudad no llovía y eso me hizo sentir todavía más ajena a la situación". Solo al llegar a casa "empecé a tomar verdadera dimensión de lo ocurrido".
"Le trasladé mi angustia"
Fue ya en su vivienda cuando Maribel Vilaplana volvió a contactar por teléfono con Carlos Mazón, según su testimonio: "En esa conversación le trasladé mi angustia y también le pedí, de forma muy clara, que por favor mi nombre no saliera. Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver".
El presidente de la Generalitat Valenciana ocultó durante varios días que la comida se había producido. Después explicó que había acudido en calidad de presidente del PP valenciano y no como presidente de la Generalitat cuando la oposición exigió la factura de la comida.
"Ese fue mi error, porque ese silencio, aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal", ha expresado la periodista. "Cuando finalmente se dio a conocer públicamente que yo era la persona que había estado con el presidente durante aquella comida, mi cabeza estalló", ha afirmado, por lo que tuvo un "shock" que le llevó al hospital.