La tradición fundamental en Nochevieja es comerse las doce uvas durante las campanadas de medianoche. Ya sea en plena calle o alrededor de la televisión, este ritual festivo simboliza la despedida del año viejo y la bienvenida a uno nuevo cargado de novedades.
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Se trata de una tradición que tiene un origen comercial, pero que progresivamente ha ido evolucionando hasta convertirse en toda una celebración simbólica que muy pocos se saltan en España.
El ritual de las doce uvas se remonta a principios del siglo XX en Madrid, donde los productores de uvas promovieron esta costumbre como ingeniosa solución para deshacerse de un excedente de cosechas. La idea se popularizó entre el público y pasó a alzarse como una práctica extendida en todo el país.
Karlos Arguiñano lo confirma: el truco definitivo con las uvas en Nochevieja
El modo en el que se comen las uvas en Nochevieja puede variar dependiendo de cada persona. Una alternativa es pelarlas antes de consumirlas, eliminando así piel y pepitas. Esto reduce la necesidad de masticar y facilita su deglución.
En el caso de aquellos que no quieren tocar las pepitas al considerar que es desagradable, pueden recurrir a un socorrido consejo del popular chef Karlos Arguiñano. En su libro, 'El menú de cada día', sugiere emplear una horquilla limpia como especie de palanca en el pedúnculo de la uva, extrayendo así las pepitas de forma sencilla y permitiendo disfrutar de las doce uvas de la suerte sin mayor problema.
