Con la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal desde finales de septiembre de 2023, se han establecido varias normas que buscan favorecer la protección de los animales en España. Se han impuesto normas de obligado cumplimiento que están destinadas a favorecer el buen trato y convivencia con las diferentes especies.
Entre otras medidas, la norma busca impulsar la adopción frente a la venta de animales, una tenencia responsable de animales domésticos y especies silvestres bajo cuidado humano y, sobre todo, combatir problemáticas como el maltrato o abandono.
De este modo, la Ley de Bienestar Animal ha impulsado una serie de prohibiciones que han cambiado el reglamento legal sobre todo lo que está permitido y prohibido. Por este motivo, la norma impone sanciones económicas para buscar un cambio de trato que sea más favorable hacia los animales.
Qué aves está prohibido tener en casa: las restricciones de la Ley de Bienestar Animal
La Ley de Bienestar Animal contempla varias prohibiciones relativas a la tenencia de aves. La norma prohíbe expresamente la captura en el medio natural, cría y comercio de determinadas especies, como los jilgueros, verderones, pinzones o canarios, tan solo con algunas excepciones.

El catálogo de animales cuya tenencia como mascota se ha restringido se ha ampliado, incluyendo aves muy habituales en las casas como los periquitos, agapornis o loros. Además, también regula la identificación, registro y condiciones de bioseguridad en explotaciones avícolas, lo que afecta a quienes tengan gallinas en casa, aunque sea un pequeño gallinero.
La norma tiene especial relevancia en estos momentos ante la reciente alerta sanitaria por gripe aviar en Andalucía. De este modo, el refuerzo de la ley implica un problema de salud pública, por lo que apuesta por la prohibición en la tenencia de determinadas aves en el hogar.
Qué multas me pueden poner por tener aves prohibidas en la Ley de Bienestar Animal
En aplicación de la norma, se contemplan sanciones para aquellas personas que alberguen las aves restringidas en sus hogares como mascotas. Para que puedan aceptarse, se debe comunicar con obligación a la autoridad medioambiental de cada Comunidad Autónoma, indicando información sobre los ejemplares.
Después de realizar esta notificación, las autoridades competentes se encargarán de emitir una autorización para mantener al animal en compañía hasta el final de su vida natural. Además, se debe comunicar el procedimiento al Comité Técnico y Científico de protección animal, un organismo que evalúa cada caso de manera independiente para decidir los permisos sobre os animales.
Cualquier persona que se salte todos estos procedimientos establecidos en la Ley de Bienestar Animal se enfrenta a sanciones. Se trata de una infracción leve, sin maltrato directo ni daño físico, pero un incumplimiento de las normas estipuladas en la legislación vigente. Por este motivo, se podrían imponer multas que varían entre 500 y 1.000 euros en función de la gravedad.