Adiós a las etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) como las conocíamos hasta ahora. La medida nació con el objetivo de adaptarse a los cambios en la movilidad y facilitar la transición ecológica, por lo que fueron creadas en 2016. Sin embargo, ahora están desfasadas siguiendo los avances de la política de emisiones en la Unión Europea.
Uno de los problemas actuales es que algunos vehículos que cumplen normativas más estrictas se encuentran situados en la misma categoría que otros vehículos menos eficientes, algo que ha llevado a la crítica de las administraciones locales, encargadas de aplicar la norma, así como los expertos en calidad del aire.
En este contexto, se creará la base de datos de emisiones reales procedentes de pruebas de homologación WLTP, que permiten medir el consumo y emisiones en condiciones más representativas que el antiguo ciclo NEDC (protocolo de pruebas empleado en Europa para medir el consumo de combustible y emisiones de los vehículos).
Nuevas etiquetas de la DGT: estos son los cambios que afectarán a tu vehículo
La nueva clasificación de la DGT, que entrará en vigor el próximo año, mantendrá las mismas categorías actuales (0 Emisiones, ECO, B y C), aunque modificará os requisitos para acceder a cada una de ellas. De este modo, la etiqueta 0 Emisiones se destinará a vehículos 100% eléctricos, híbridos con hasta 90 kilómetros de autonomía eléctrica y vehículos de hidrógeno.

La etiqueta ECO incluirá desde entonces híbridos enchufables con menor autonomía, híbridos convencionales y de gas que cumplan la normativa Euro 6d o superior. Mientras tanto, la etiqueta C quedará restringida a turismos y furgonetas ligeras de gasolina que cumplan categorías superiores.
Para este cambio en las etiquetas medioambientales de la DGT se seguirá la normativa Euro como base técnica. La DGT señala que se tendrán en cuenta las fechas de entrada en vigor de cada normativa para diferenciar vehículos dentro de la misma tecnología. Con este movimiento, muchos coches que ahora tienen la etiqueta C pasarán a la B y otros con la B se quedarán sin el distintivo, potenciando una representación más realista de las emisiones que genera cada vehículo.
Otro punto relevante será la creación de una base de datos de emisiones reales procedentes de las pruebas de homologación WLTP, que permiten medir el consumo y emisiones mejor que el antiguo ciclo de NEDC. Con ello, la DGT podrá diferenciar entre vehículos con comportamiento medioambiental distinto, lo que podría afectar sobre todo a algunos híbridos y modelos de bajas emisiones.
La reforma también afectará a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), puesto que los ayuntamientos emplean etiquetas para determinar qué tipos de vehículos pueden acceder a determinadas zonas. Los nuevos criterios harán que parte del parque automovilístico pierda privilegios actuales y que otros más modernos serán privilegiados con ventajas adicionales.
Este cambio se materializará en un cambio de clasificación que la DGT ha previsto de manera definitiva en el primer trimestre de 2026. Previamente, se contempla un período de adaptación antes de su entrada en vigor definitiva. En esta fase, los fabricantes y propietarios podrán consultar si el vehículo debe cambiar su etiqueta y, en caso de que fuera necesario, solicitar el distintivo actualizado. Se podrá consultar a través del Registro de Vehículos de la DGT, introduciendo la matrícula en el buscador habilitado para tal efecto. Las nuevas etiquetas se podrán obtener en oficinas de Correos y otros puntos autorizados.