Volver a la oficina tras las vacaciones puede suponer un gran reto para muchos. La temporada estival, al igual que ocurre con otros períodos como las Navidades o la Semana Santa, es un momento de relajamiento y en el que podemos descuidar la dieta.
Por este motivo, es habitual que muchas personas aprovechen la llegada de septiembre para apuntarse al gimnasio y buscar, de este modo, corregir los excesos que han caracterizado al verano, como tomar más helados de la cuenta, ir a más comidas familiares de las habituales o simplemente aprovechar más el sofá.
Muchas personas apuestan por la tradicional fórmula de reducir la ingesta de calorías y apostar por comer los alimentos más saludables posibles, así como corregir este desfase calórico apostando por ejercicios de cardio, aunque no siempre debería ser así.
El problema de la adaptación de nuestro metabolismo en la pérdida de peso
La experta en nutrición Chloe Thomas ha explicado en The Sun que las fórmulas habituales para bajar de peso, como reducir calorías y aumentar ejercicio, son habitualmente efectivas, pero no siempre dan los resultados esperados y pueden deberse a una "adaptación metabólica" por los cambios en la alimentación.

"El metabolismo se ralentiza en respuesta a la disminución de la ingesta calórica. Esta adaptación puede dificultar la pérdida de peso o el mantenimiento de la misma", ha explicado sobre la dificultad que muchos experimentan para ajustar la cintura tras las vacaciones.
Chloe Thomas explica que todos tenemos un peso de referencia de base. Se trata de un volumen con el que estamos acostumbrados y en el que nuestro cuerpo funciona de manera óptima, por lo que es posible que el cuerpo tenga resistencias a desviarse.
Algunas circunstancias, como los hábitos de vida o los factores ambientales pueden ser cruciales para lograr una estabilidad fisiológica, ya que tienen una gran influencia en la regulación del hambre, gasto energético o almacenamiento de grasa.
De manera habitual, se recomienda una ingesta calórica de 2.500 kcal diarias para un hombre y de 2.000 kcal para una mujer. Sin embargo, Chloe Thomas recuerda que estas cifras no siempre son determinantes, porque hay otras características como la edad, peso, altura o ejercicio habitual que influyen.
Otro de los errores habituales que aprecia en quienes quieren perder peso es que se centren en realizar ejercicios cardiovasculares frente al entrenamiento de fuerza, por ejemplo, con pesas, poleas o máquinas. Los expertos defienden que la mejor apuesta es la combinación con cardio y que incluso la fuerza puede tener mayor importancia en el proceso.
Por este motivo, la rutina que recomiendan es comenzar con tres entrenamientos diferentes de levantamiento de pesas durante 45 minutos, seguidos de 15 minutos de cardio. De este modo, se logra la quema de calorías y la transformación del cuerpo para evitar problemas de rebotes en el futuro.