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La Justicia obliga a una niña de ocho años a ver su padre, acusado de violarla en Zaragoza

Los tribunales han decidido mantener el régimen de visitas para el padre acusado de abusar sexualmente de su hija de 8 años.

La Justicia de Zaragoza ha obligado a una niña de ocho años a mantener el contacto con su padre durante dos días a la semana, a pesar de que la menor habría recibido presuntamente abusos sexuales por parte de su progenitor. Los hechos llaman aún más la atención cuando este testimonio cuenta con absoluta credibilidad por parte de los investigadores. Tampoco le han servido al juez como prueba los lloros, las pataletas o las crisis de ansiedad que sufre cada miércoles y viernes la pequeña cuando recibe la visita de su padre.

El hombre contaba ya con una condena por maltrato a su expareja, la madre de la pequeña, que mantuvo con él una relación de 7 años. La mujer decidió llevar al médico a su hija después de que le dijera que tenía molestias al orinar tras pasar 15 días con su padre. Aunque ella pensaba que se trataría de una infección, la niña le contó a la doctora que su padre la tocaba en la bañera, según cuenta Cadena SER.

"La doctora, horrorizada, nos remitió a las Urgencias del hospital infantil. El forense nos dice que en ese momento no lleva nada, pero no significa que no lo haya llevado. Si la niña lo refiere es que lo ha tenido", explica.

La menor sufre crisis de ansiedad antes de las visitas de su padre
"La menor sufre crisis de ansiedad antes de las visitas de su padre"

"Cuando un hombre es un maltratador nunca será un buen padre"

"A la psicóloga del IAM le dijo muy claramente lo que le hacía su padre, que le tenía muchísimo miedo y que no quería ir con él. Hay un vídeo en el que el padre se la está intentando llevar a la fuerza del colegio. La lleva como un saco. Y de ese vídeo y de esa agresión hay lesiones que fueron vistas por un forense" ha declarado también la madre de la pequeña.

Asegura, además, que la versión de la menor es siempre la misma y que no se contradice en ningún momento, y señala que las horas previas a las visitas del padre la pequeña sufre ansiedad y pataletas.

La última vez que la niña fue vista por un forense fue en 2016. Desde entonces, todo ha empeorado y su madre vive con angustia la situación.  Por ello, pide justicia y que sea tenido en cuenta el interés del menor. Además, solicita a los tribunales que su hija sea tratada con psicólogos y exige a la Justicia "que no obliguen a los niños a ir con maltratadores, porque cuando un hombre es un maltratador nunca será un buen padre".

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