El empresario taurino Manuel Lozano Martín ha muerto a los 94 años por una neumonía. El ex torero pertenecía a una de las sagas más influyentes en el mundo de la tauromaquia, Los Lozano. A pesar de que se vistió de luces, era conocido como el 'verso suelto' del clan.
Originario de la provincia de Toledo, Lozano abandonó pronto su tierra natal y comenzó a estudiar veterinaria en Madrid. Perteneciente desde pequeño a una saga vinculada a la tauromaquia, en Madrid desarrolló su particular vocación por esta práctica.
En la década de 1960 destacó por uno de los acontecimientos más relevantes en el mundo del toro, 'La Oportunidad'. Fue un concurso taurino que atrajo a multitud de jóvenes aspirantes a La Chata, conocida en la actualidad como la Plaza de Toros de Vistalegre (Carabanchel), que entonces era propiedad de los Dominguín. Entre los diestros que partieron de aquel concurso se encontraba el torero Sebastián Palomo Linares, que hizo después historia en el ámbito de la tauromaquia en España.
Lozano también debutó como torero, con picadores el 25 de julio de 1958 en Aranjuez (Madrid) e incluso llegó a vestirse de luces en octubre de 1970. Sin embargo no destacó en esta práctica y siempre calificó este periplo como una "anécdota".
Se convirtió en torero a los 40 años de edad por casualidad en la Plaza de toros de Tánger (Marruecos) que él mismo gestionaba y de la que era empresario Manuel Díez 'El Cordobés'. Solo toreó durante aquella jornada y fue una circunstancia totalmente casual.
Apoderado
La faceta más destacada de Lozano fue su labor como apoderado. Dirigió las carreras de figuras como Ortega Cano, El Juli, Morante de la Puebla, El Soro o Roberto Domínguez. También trabajó con José Fuentes, Curro Girón, Manili o Pepe Luis Vargas; y no dudaba en mostrar su admiración hacia Morante de la Puebla.
Como empresario llevó las corridas de toros a todos los rincones de España y también a América. Cuando gestionó o adquirió plazas relevantes como la de Segovia o Baza (Granada) tuvo mayor oportunidad de negocio. Además, era un apasionado de la plaza de toros de Barcelona. En 2023 escribió sus memorias y un año después recibió un homenaje en su pueblo natal.