La conocida influencer Julie & Daniel, especializada en contenido sobre viajes en redes sociales junto a su pareja, ha estado al borde de la muerte tras sufrir el ataque de una medusa de caja. Conocida también como avispa de mar, es una de las especies más venenosas del planeta.
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Julie se encontraba nadando en aguas poco profundas de Filipinas cuando, repentinamente, la criatura marina la atacó. Las medusas de caja tienen tentáculos que contienen un veneno letal. Si se sufre una intoxicación, puede surgir un cuadro que incluye vómitos, dolores de cabeza, dificultad para respirar, parálisis e incluso la muerte a los pocos minutos de la picadura.
A pesar de que la joven logró sobrevivir al veneno, la realidad es que se enfrenta ahora a graves secuelas que seguirán con ella durante un largo tiempo. A pesar de que los médicos lograron salvar su vida, la acción de este veneno es letal para el organismo.
"Un dolor insoportable"
"Ella aún no lo sabe, pero en este momento se sentará sobre una medusa de caja y sufrirá un dolor insoportable que la dejará cicatrices y problemas intestinales extremos a largo plazo", escribió la influencer sobre el vídeo del ataque.
@julieanddaniel_ #boxjellyfish #jellyfish ? DIM - Yves
En las imágenes se puede apreciar a la influencer nadando en agua clara cuando, repentinamente, cambia la expresión de su rostro. En ese momento estaba grabando una colaboración cuando repentinamente sintió el dolor del aguijón: "Creo que estuve gritando durante una hora, mi voz casi se había ido por lo mucho que estaba gritando, así de fuerte era el dolor", rememoró.
@julieanddaniel_ We have this all documented on our YouTube channel ???????? #boxjellyfish #backpacking ? original sound - julieanddaniel_
Como se puede comprobar en las imágenes, la influencer padece una grave cicatriz en la pierna. Afirmó además que había sentido un dolor diferente a todo lo anterior en el momento del ataque, como una sensación de ardor o si le hubieran presionado un hierro caliente en el muslo. Además, afirmó que podía sentir el veneno pasando por su estómago, brazos o la cabeza. "Fue aterrador porque estábamos en una isla remota a dos horas de distancia de cualquier tierra, no había señal", ha recordado.
Sin embargo, había un médico y un enfermero australianos en el barco en el que estaba viajando, que además estaban familiarizados con las picaduras de esta especie de medusas, por lo que pudieron asistirla de camino al hospital.
