Lo que comenzó como un sencillo vídeo de cocina en TikTok ha terminado convertido en una auténtica herejía gastronómica para muchos usuarios. La autora de la polémica, una creadora de contenido que compartía su particular forma de consumir fuet, aconsejaba quitarle la piel y lavarlo bajo el grifo antes de hincarle el diente. El resultado: indignación masiva, bromas ácidas y una cascada de comentarios acusando el acto de sacrilegio culinario.
La reacción no se ha hecho esperar. "Por cada persona que mete un fuet en el fregadero pierdo un año de vida", lamentaba un usuario. Otros iban más allá y pedían irónicamente cárcel para quien comete semejante afrenta al embutido catalán por excelencia. Entre risas, el vídeo se viralizó por tocar una fibra sensible: la del amor por los sabores auténticos y las tradiciones gastronómicas.
@sagaribot Esto NO se le hace al fuet??????????? #carnicero #humor #reaccion #carniceria #fuet #trucosdecocina #recetassaludables #embutido #catalunya ? sonido original - SagaRibot
Una corteza con mucho que decir
Detrás de la indignación colectiva hay razones de peso. Como explica el carnicero e influencer Sagaribot, la capa blanca que recubre el fuet no solo es comestible, sino también esencial para su sabor. Se trata del hongo Penicillium Nalgiovense, un moho natural que aparece durante el proceso de curado y que aporta matices imprescindibles al producto final.
Lejos de ser un simple envoltorio, esa piel contribuye a la textura, el aroma y la complejidad del fuet. Retirarla, como apuntan muchos, es como quitarle la espuma a una cerveza artesanal o beber cava después de agitarlo.

La comunidad de TikTok no ha tardado en convertir el tema en una nueva guerra cultural. "200 catalanes han desvivido tras ver esto", ironizaba un usuario. "Así se siente un valenciano cuando le llaman paella a un arroz con chorizo", comparaba otro. Lo que está claro es que, cuando se trata de cocina tradicional, hay límites que no se deben cruzar. Ni con cuchillo, ni con fregadero.