La Policía Nacional ha rescatado a un menor de 14 años en el interior de un coche robado, a las dos de la madrugada, y en una ciudad en la que no residía. El vehículo se encontraba en el barrio de Lavapiés, en el centro de Madrid, y el padre no ha aparecido hasta casi dos horas después, puesto que se había marchado de fiesta.
El menor se ha quedado provisionalmente bajo custodia de un conocido. Los agentes del grupo operativo de respuesta del distrito Centro presenciaron al menor completamente solo en el interior de un vehículo aparcado en la calle de Luis Vélez de Guevara, alrededor de las dos de la madrugada de este martes, 15 de julio.
El niño permanecía despierto y comenzó a hablar con los agentes, a los que explicó que su padre se había marchado con un amigo. Por este motivo, los policías se quedaron custodiando al menor hasta que el padre apareció, alrededor de las 03:50 horas, acompañado de su amigo.
Como señala Telemadrid, que recoge el vídeo de la detención, el padre se encontraba en esos momentos en evidente estado de embriaguez y el niño, cuando ha comprobado que los agentes le llevaban esposado, ha intentado impedirlo y se ha abrazado a él.
Con motivo de su detención, el padre después ha contactado con un conocido en la ciudad, que se ha prestado para hacerse temporalmente cargo de su hijo. Ambos amigos contaron a la policía que estaban de paso de Madrid en ese momento y que habían llegado el lunes.
Un coche robado
La situación todavía se complicó más posteriormente, cuando los agentes buscaron el vehículo en la base de datos y pudieron comprobar que figuraba como sustraído en las bases de datos de la policía. Sin embargo, cuando los agentes llamaron a la dueña y denunciante, les comentó que había localizado ya el coche, pero que no había retirado la denuncia.
En España, el delito de abandono de menores está contemplado en el artículo 229 del Código Penal. Su castigo incluye penas de prisión, aunque depende siempre de la gravedad del caso. Si el abandono se realiza por parte de un progenitor, tutor o guardador legal, abarca de 18 meses a tres años de cárcel. Si pone en riesgo la vida, salud, integridad física o libertad sexual del menor, puede llegar a una horquilla de entre dos y cuatro años de prisión.