El verano está completamente instalado y empieza una temporada de viajes y descanso. En esta ocasión toca pensar cómo llenar la maleta y preparar todo para poder realizar el trayecto en las mejores condiciones, pero también garantizando que no dañaremos nuestras pertenencias.
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En este contexto, cabe preguntarse qué es lo imprescindible para llevar en la maleta. Quizás pueden venir a la mente algunos artículos de ropa imprescindibles, el neceser, gafas de sol o incluso un repelente antimosquitos para evitar sustos innecesarios.
Pero la realidad es que hay que dar gran importancia a la manera en la que organizamos la propia maleta. No solo por aprovechar al máximo el espacio disponible, sino porque también facilitará que todo llegue en las mejores condiciones posibles.
Guarda así la maleta si quieres las mejores vacaciones
Una de las grandes diferencias entre una maleta limpia o sucia son los zapatos. Los auxiliares de vuelo, que están acostumbrados a hacer maletas prácticamente todos los días, no tienen ninguna duda. Elegir el lugar en el que se almacenan los zapatos dentro del bolso de viaje o mochila, sobre todo cuando se encuentran junto a otras prendas de ropa o complementos, podría crear un espacio favorable a la aparición y proliferación de gérmenes.
Los zapatos son una de las mayores fuentes de suciedad en el equipaje. Independientemente del tipo de calzado, todos suelen acumular polvo y suciedad del suelo, por lo que contienen elevadas cantidades de gérmenes que, con mucha facilidad, pueden pasar desapercibidos en la ropa de la maleta. De este modo, llegaremos con ropa con mal olor y muy malas condiciones higiénicas.
Una buena solución para impedir que los gérmenes pasen a la ropa es contar con una bolsa donde guardar los zapatos. Puede ser de cualquier tipo, incluyendo tela, algodón o material reciclado, pero así podrás guardar los pares de zapatos que decidas llevar contigo. La clave es mantener la suciedad del calzado lejos del resto de la ropa, objetos y pertenencias, para evitar problemas de higiene, limpieza y olor.
En el caso de no encontrar ninguna bolsa de tela, se puede contar también con una bolsa de plástico resistente o incluso con una funda de almohada. De este modo podremos evitar el contacto con la ropa y un viaje totalmente satisfactorio.
