Denise, una mujer francesa de 78 años, se ha quedado sin cobrar su pensión durante tres meses, ni siquiera acceder a sus cuentas bancarias. El banco la declaró muerta y, por este motivo, congeló sus cuentas y se quedó sin poder gestionar sus propios ahorros.
Pero no estaba muerta, sino muy viva. La entidad bancaria había cometido un grave error, puesto que la mujer se ha quedado durante tres meses sin poder acceder a su dinero, pero también sin ningún ingreso porque se habían cancelado los pagos de su jubilación.
"Fui al banco en febrero para abrir una cuenta de ahorros Livret A. Mi marido falleció hace un año, pero no la habían desvinculado de mi cuenta a pesar de haber hecho todos los trámites necesarios, al igual que el notario", ha explicado sobre lo ocurrido.

Uno de sus hijos, Paul, estuvo ayudando económicamente a su madre, así como peleando por la burocracia bancaria y legal para facilitar que al situación volviese a la normalidad. "Su tarjeta bancaria estaba bloqueada, al igual que su cuenta, de la que no podía retirar dinero, ni siquiera en el cajero automático, ha relatado al diario Le Parisien.
Los trámites se extendieron durante meses
Los problemas con el banco se quedaron congelados y extendieron durante meses, hasta que finalmente se pudieron solucionar. Pero la cuestión legal fue la peor, ya que el fondo de pensiones la había declarado por fallecida, por lo que su pensión ni se tramitaba. Por este motivo, la mujer se vio obligada a enviar al fondo de pensiones una copia de su partida de nacimiento y un certificado de vida.
Sin embargo, unos días después, su nuera contactó con la Caja Nacional el Seguro de Vejez (CNAV). Su respuesta fue que el expediente se había extraviado. Un nuevo fallo que ha generado graves consecuencias en Denise, que ese ha visto afectada a nivel económico pero también psicológico por la experiencia que ha tenido que sufrir.