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Un paciente de cáncer terminal revela sus síntomas antes del diagnóstico: "Los ignoré"

"No tenía antecedentes, comía bien y hacía deporte", ha explicado Xisco Quesada, diagnosticado de cáncer de páncreas con metástasis.

Un paciente de cáncer terminal revela sus síntomas antes del diagnóstico: "Los ignoré"

Xisco Quesada es un joven de 28 años de Mallorca que ha experimentado un cambio radical en su vida desde el pasado 5 de junio. Los médicos le diagnosticaron un cáncer de páncreas, pero ya estaba tan avanzado que era terminal: tenía metástasis en el hígado y no se podía operar.

La situación es tan crítica que, en el momento de su diagnóstico, el médico comenzó a mencionarle que su esperanza de vida se contaba en meses. Desde entonces, este padre de dos hijos ha mostrado en sus redes sociales cómo es su vida con un cáncer y se ha dispuesto a disfrutar al máximo todo el tiempo.

Solo dos días después de recibir el terrible diagnóstico, Xisco Quesada le pidió matrimonio a su pareja Noelia, y un día después se casaron. A la media hora, el joven ya estaba firmando su testamento. Un momento que quiere aprovechar al máximo, aunque reconoce que "cuando pienso en la muerte, son los momentos en los que me vengo abajo".

Un cáncer terminal: "Si tienes sensaciones de este tipo no las ignores"

Uno de los pasos fundamentales en el tratamiento y supervivencia al cáncer es el diagnóstico temprano. Sin embargo, esto puede ser muy complicado para pacientes e incluso médicos, puesto que algunos pueden resultar inespecíficos. Con el objetivo de concienciar, Xisco Quesada cuenta en su perfil de Instagram @xiscoquesada9 qué experimentó antes de su diagnóstico.

"En este vídeo explicaré mis síntomas antes de saber que tenía cáncer de páncreas", revela Quesada, que resume su situación anterior: "Nunca tuve problemas de barriga, realmente siempre fui bien al baño. Tuve alguna indigestión puntual por alimentos o algún virus de dos días", reconoce.

Sin embargo, algo empezó a cambiar con la llegada de 2025: "Allá por enero me dio mi primera gastroenteritis fuerte. Era incapaz de ir al baño y me dolía el estómago como nunca. Retenía gases, estuve como una semana", recuerda sobre los primeros síntomas.

A pesar de su situación, por entonces no recibió ningún diagnóstico de cáncer, a pesar de su insistencia en acudir al médico: "Fui como 3 ó 4 veces a urgencias y me daban protectores de estómago y dieta blanda", rememora. El único cambio llegó cuando "por fin di con un médico que me dio un medicamento que me consiguió aliviar".

Lo peor es que sus síntomas no se marchaban y Xisco Quesada empezó a pensar que estaba siendo demasiado quisquilloso con lo que estaba experimentando: "Empecé a normalizar el dolor y pensaba que podía ser normal tener alguna molestia. Pero no, no lo es", sentencia. Todo, además, ocurría con el apoyo de un nutricionista y "en mi mejor momento físico, pero aún así tenía dolor".

Otro de los síntomas fue la pérdida de peso paulatina o la falta de energía: "Ahí hubo una cosa que realmente me extrañó. Fue el cansancio. Dormía entre 7 y 8 horas y a mitad del día estaba fundido. Antes era capaz de entrenar dos veces con 7 horas".

En mayo se complicó la situación: "El dolor ya no me dejaba dormir, me dolía tanto la barriga que me llegaba hasta la zona lumbar. Es muy difícil que te pase algo así con 28 años, pero si tienes sensaciones de este tipo no las ignores", explica. "Cuando el cuerpo grita, créeme que paras", añade.

La situación fue a peor hasta que el 5 de junio de 2025 recibió el peor de los diagnósticos. Tiene un cáncer de páncreas con metástasis en el hígado, sin posibilidad de operación, y una esperanza de vida que se reduce a unos meses.

Síntomas del cáncer de páncreas: las primeras señales de alarma

El cáncer de páncreas es uno de los que registra mayor mortalidad actualmente. Las dificultades actuales para su diagnóstico se suman a que la enfermedad permanece asintomática en la mayoría de casos hasta que es demasiado tarde.

Entre los síntomas habituales del cáncer de páncreas se encuentran la ictericia (piel y parte blanca de los ojos amarillenta), picazón generalizada (por acumulación de bilis), dolor abdominal y de espalda (sordo o hinchazón que se extiende a los costados), pérdida de peso y apetito sin razón aparente, cambios en heces (color claro, flotante y grasientas), en la orina (más oscura por bilirrubina), así como fatiga y debilidad.

Otros síntomas menos relacionados o habituales son la aparición espontánea de diabetes (al destruir las células productoras de insulina), coágulos sanguíneos (especialmente en piernas, que causan dolor e hinchazón) o náuseas y vómitos.

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