La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado sobre la presencia en el mercado de cremas que no están produciendo los efectos que se anuncian, con reclamos engañosos que son "imposibles de cumplir", según indica en su número de agosto de la revista OCU Salud.
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El organismo sitúa el foco especialmente sobre dos cremas. La primera de ellas es Biotulin Supreme Skin Gel, que incluye Esphilantol en su composición, un ingrediente que produce "anestésico local". La otra es Argireline, de la popular marca The Ordinary, que contiene "un 10% de Argireline, un péptico patentado con efecto suavizador de arrugas".
Sin embargo, hay una sensación general de que estas cremas se están vendiendo con reclamos engañosos. La OCU recuerda que "ninguna crema con efecto bótox, efecto tensor, botulin effect, botox like o bótox orgánico puede ofrecer el mismo resultado que la toxina botulínica inyectada en el músculo", según apunta en una nota enviada a los medios, junto al hashtag #NoCuela.
Objetivos imposibles de cumplir
El organismo sostiene que este tipo de cosméticos no tienen la capacidad de llegar a las capas más profundas de la piel, por lo que su efecto finalmente se limita a una actuación meramente superficial. La toxina botulínica, conocida popularmente como bótox, se inyecta en el músculo "responsable del movimiento que causa las arrugas", relajándolo o bloqueándolo durante cuatro o seis meses.
Las propiedades tensoras o hidratantes de las que presumen algunas cremas que se comercializan bajo el claim 'efecto bótox' suelen desaparecer al cabo de unas horas. Por ello, lo más recomendable para un tratamiento antiarrugas es consultar con un especialista y optar por el bótox o tratamientos de relleno inyectables.