Elon Musk ha vuelto a poner el foco en el futuro inmediato, y esta vez no ha sido para hablar de Marte ni de sus coches eléctricos. Durante su intervención en el evento Bosch Connected World en Berlín, el fundador de Tesla y SpaceX lanzó una advertencia que ya ha generado debate: el mundo podría estar a las puertas de una crisis energética si no se toman medidas urgentes.
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Según Musk, el aumento exponencial del consumo eléctrico, impulsado por el desarrollo de la inteligencia artificial, los vehículos eléctricos y el uso de criptomonedas, está llevando al sistema energético mundial al límite. La demanda crece a un ritmo que, de mantenerse, podría superar con creces la capacidad actual de generación y distribución.
Un crecimiento insostenible
"La inteligencia artificial duplica su capacidad cada seis meses. Nunca antes una tecnología había avanzado tan rápido", explicó Musk, haciendo hincapié en la gran cantidad de energía que requieren tanto los sistemas de IA como los centros de datos necesarios para su funcionamiento.
A este factor se suma la popularización del coche eléctrico, cuyo crecimiento en mercados como el chino está siendo explosivo. Más vehículos conectados a la red eléctrica significan una mayor presión sobre una infraestructura que, en muchos casos, sigue diseñada para un modelo de consumo del siglo pasado.
Un plan de acción para evitar el colapso
Musk no se limitó a exponer el problema, sino que también propuso soluciones. Insistió en la necesidad de reforzar la red eléctrica global, invertir en energías renovables como la solar y la eólica, y desarrollar nuevas tecnologías de almacenamiento que permitan equilibrar la oferta y la demanda en tiempo real.
Además, subrayó la importancia de mejorar la eficiencia energética y avanzar en la producción de transformadores y otros componentes clave. De lo contrario, advirtió, podríamos enfrentarnos a interrupciones generalizadas del suministro, especialmente en los momentos de mayor demanda.
Con este nuevo pronóstico, el magnate vuelve a recordarnos que el progreso tecnológico necesita ir acompañado de una infraestructura capaz de sostenerlo. Si no, el futuro que promete la innovación podría verse entorpecido por una simple pero poderosa realidad: la falta de energía.
