La asesina del pequeño Gabriel Cruz, Ana Julia, permanece en prisión permanente revisable en la cárcel de Brieva (Ávila). Recientemente ha sido noticia por que habría mantenido presuntamente relaciones sexuales con un funcionario y un cocinero a cambio de un teléfono móvil, algo que sería un delito para el propio personal.
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Por este motivo, el cocinero del penal, que está siendo investigado, ha declarado ante el juez y niega en todo momento que conociera los privilegios de los que disfrutaba la asesina del menor en la cárcel ni, tampoco, que tuviera a su disposición un teléfono móvil.
Sin embargo, ha reconocido que llamó en una ocasión por teléfono a la novia de Ana Julia, algo que ha certificado la Guardia Civil por el registro de llamadas de su teléfono móvil. El acusado, que ha declarado ante el magistrado del juzgado de instrucción 4 de Ávila, ha admitido que habló solo en una ocasión y que fue para hacer un favor a la interna. El cocinero ya está jubilado y no trabaja en el penal.
Ana Julia le había pedido que llamara a su novia, una mujer catalana con la que solía tener vis a vis con frecuencia, para decirle que le echaba mucho de menos. Además, que le pidiera de su parte que trajera ropa de invierno para abrigarse mejor porque tenía frío. El entonces cocinero ha declarado que siguió sus peticiones y que no recibió nada a cambio.
La versión no concuerda con la novia de Ana Julia
Sin embargo, el testimonio del cocinero no concuerda con lo que ha relatado la novia de Ana Julia. En una declaración primero ante la Guardia Civil y luego ratificada ante el juez, asegura que contactó en septiembre de 2023 con un funcionario llamado Antonio (el cocinero) para que le diese un teléfono antes de realizar la visita a Ana Julia en la cárcel.
La pareja de la asesina de Gabriel ha declarado que se citó el 1 de octubre de 2023 "en el apartamiento que hay frente al Hostal La Colmena", en las inmediaciones de la prisión de Brieva. En dicho encuentro, declara, "le entregué el teléfono con su tarjeta SIM, el cargador y unos auriculares".
Durante su declaración ante los agentes de la Guardia Civil también alegó que el teléfono era propiedad de Ana Julia antes de entrar a prisión (un terminal de la marca Samsung), aunque lo tenía yo. Y la tarjeta la compré yo y era de prepago".
La pareja de Ana Julia ha explicado que el terminal "tenía conexión a internet y mientras Ana Julia lo tuvo ambas nos comunicábamos a través de él tanto por llamadas como por aplicaciones de mensajería". Algo completamente prohibido dentro de la cárcel.
Además, explicó que continuó empleando el terminal hasta el 24 de noviembre de 2023, es decir, casi dos meses después. Fue aquella jornada cuando el otro funcionario investigado, identificado en la declaración como Santiago, "le pidió que le entregase el teléfono para que no se lo encontrasen" porque "iba a hacer una revista (requisa) de celdas".
Denuncia por amenazas a la madre de Gabriel
Fue en mayo de 2024 cuando la madre de Gabriel, Patricia Ramírez, denunció que la asesina condenada a prisión permanente revisable estaba recibiendo trato de favor en la cárcel. En ese momento, la propia condenada reconoció que tenía el terminal, cuando relató a un educador que había usado el dispositivo para grabar las relaciones sexuales que había tenido en su celda con "el funcionario Santiago", del que aseguró tener "vídeos en ropa interior".
El educador también ha declarado ante el juez y ha explicado que, durante la entrevista, Ana Julia "chantajeó con sacar las imágenes del funcionario a la luz" y "amenazó con hundir al centro y a su dirección". Además, habría relatado que las relaciones con el funcionario eran "consentidas", aunque solo al final cambió la versión y llegó a apuntar que ella habría sido víctima de un delito cometido por el funcionario.
