El torero Alfonso Ordóñez Araujo ha muerto a los 86 años tras una vida dedicada a la tauromaquia. Hijo de Cayetano Ordóñez 'Niño de la Palma', durante los últimos 30 años fue asesor artístico de uno de los equipos presidenciales de la plaza de La Maestranza, como se había mantenido unido a la profesión.
Ordóñez contaba con una destacada trayectoria en el ámbito de la tauromaquia, con tres décadas como novillero, en los que compartió ruedo con multitud de matadores, novilleros y un rejoneador. A pesar de que se llegó a matricular en peritaje industrial por recomendación de su familia, finalmente optó por su afición a la tauromaquia antes que por los libros.
Su carrera debutó en un festival en la localidad madrileña de Colmenar de Oreja en octubre de 1954 y un año después arrancó en Pontevedra su primer paseíllo sin caballos, así como debutó en 1956 con picadores en Tudela. En 1959 cortó una oreja en Sevilla y en la temporada de 1960 hizo el paseíllo en Las Ventas, aunque luego vio interrumpida su carrera por dificultades para avanzar como matador de toros.
Toreo con grandes estrellas
Finalmente, colgó el traje de luces y empezó a trabajar en la finca de su hermano Antonio Ordóñez, hasta que en volvió a los ruedos en 1962, alcanzando el éxito y logrando alzarse como un toreo de gran relevancia. Entre otros, toreó con Paquirri, Curro Romero o José Fuentes.

Finalmente, se despidió definitivamente del ruedo en mayo de 1993, con una corrida de toros en la localidad malagueña de Mijas. Sin embargo, nunca se alejó del todo de su gran afición. En el pacto de La Maestranza ha visto cómo ha evolucionado la tauromaquia durante los últimos años.