Televisión

Israel y su presencia en Eurovisión: una politización complicada para el festival

La televisión pública israelí y su gobierno han hecho un especial hincapié estos años para volver a ganar el festival.

Israel y su presencia en Eurovisión: una politización complicada para el festival

Se ha hablado mucho de la presencia de Israel en Eurovisión estos dos últimos años, y rara vez por un motivo musical. Desde los atentados de Hamas del siete de octubre de 2023, y la posterior reacción masiva del gobierno israelí en Gaza y Cisjordania, para la sociedad israelí y su diáspora, la presencia en el Eurofestival no ha sido una simple participación en un festival musical, sino también una buena vía de visibilidad nacional para establecer un plesbicito europeo a sus acciones en Gaza, ampliamente condenadas por la comunidad internacional.

Mientras que la Unión Europea de Radiodifusión reconocía a Israel y su televisión pública, la KAN como un miembro lícito para el festival al mantener su independencia informativa y sus valores alejados de una extrema politización, durante dos años consecutivos la delegación israelí se quedaba a nada de ganar Eurovisión, quedándose a 50 puntos escasos el año pasado con Yuval Raphael y el tema 'New Day Will Rise'. Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores reconocía la gran inversión para incentivar el televoto en el festival durante dos años seguidos. "Intervinimos entre el público que nos simpatizaba para fomentar el voto" declaraban incluso decepcionados por no conseguir levantar el micrófono de cristal.

¿Y esto, cómo afecta al festival? ¿Se pierde el carácter apolítico del certamen que tanto defiende la UER y sus socios? ¿Hasta cuándo puede aguantar esto?

Con Rusia la situación fue distinta

Nadie puede negar que la situación geopolítica mundial está en un momento muy convulso, y Eurovisión no es externa a ello. Ya en 2022 la invasión rusa de Crimea llevó a que UER tuviera que actuar de manera directa expulsando al Channel One ruso y a la televisión bielorrusa, condenando con fuerza la invasión a Ucrania y alegando que la libertad de prensa del ente no estaba garantizada.

Con una unanimidad total de los miembros de la UER, Ucrania ganaría el festival en Turín de la mano de Kalush Orchestra y 'Stefania', en una edición reconocida por el auge de voto solidario a una Ucrania que comenzaba a sufrir en las trincheras.

¿Qué razón lleva a que con Rusia UER fuese tajante y con Israel no? La principal razón de UER es la de defender al ente público israelí, una KAN la cual defienden como una organización pública e independiente, muchas ocasiones contrarias a las acciones de gobierno. Incluso en el pasado mes de junio, la administración de Netanyahu se planteaba la privatización de la televisión pública. Sin embargo, el debate es mucho más profundo.

Un festival politizado sin salida

Eurovisión ha sido reflejo de los grandes cambios de Europa. En los años 90, con la caída del muro de Berlín y el fin de Yugoslavia, Eurovisión abría sus brazos a una serie de países llenos de ganas por mostrarse al Viejo Continente y mostrar su cultura a un nuevo mundo. En sus orígenes, el festival nacía precisamente como evento para unir bloques tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en un alarde de reflejo geopolítico a través de la música.

El problema reside cuando la injerencia política supera la raya. Eurovisión es de los pocos eventos internacionales donde un televoto lo puede cambiar todo. Si bien en una competición deportiva el esfuerzo físico y el talento motriz es clave, en un concurso musical donde la audiencia decide, cualquiera puede ganar, y cualquier causa puede ser suficiente para desnivelar la balanza. Hasta 1998, eran jurados nacionales los encargados de dar el micrófono de cristal, pero con la llegada del voto popular en aquella edición de Brighton (que casualmente gana Israel con Dana International), invertir en el televoto puede ser una buena idea para diferentes causas.

España ha condicionado su participación en Eurovisión a la presencia de Israel
España ha condicionado su participación en Eurovisión a la presencia de Israel EBU

Los países con más diáspora, los grandes fandoms de artistas famosos que acudan o los países vecinos que se voten pueden influir en el resultado final, y si bien es algo propio del festival y su idiosincrasia, todo se rompe en 2024 con la participación de Eden Golan por Israel y Hurricane. Una balada correcta a ojos de los expertos reunía 15 doces en la final, un dato a todas luces extraño y al alcance de muy pocos ganadores del festival. Un año después, el pasado con Yuval Raphael y 'New Day Will Rise' obtenía 13 doces del televoto, ambos años con el de España entre ellos.

Un peso demasiado alto para un festival donde en su final el 50% de la decisión final cae en la audiencia. Ante esto, varias televisiones pedirían al final Eurovisión 2025 una revisión del mecanismo de votación, así como un control de la llegada del televoto a Israel, en ciertos casos procedentes de votaciones masivas por parte de pequeños colectivos. Ante la toxicidad y crispación generada en torno a Eurovisión en estos dos años, España se ha sumado a un grupo formado por Países Bajos, Islandia, Irlanda y Eslovenia que se niegan a participar en el festival si Israel lo hace.

Una decisión que podría volver a democratizar el festival

Por todas estas razones, el debate sobre la expulsión de Israel de Eurovisión 2026 está sobre la mesa. El Comité General de la UER que se celebrará la primera semana de diciembre en Ginebra dictará sentencia sobre la presencia de la televisión de un país manchado por sus acciones militares en Gaza y Cisjordania, y profundamente aupado por el voto masivo de sus compatriotas.

La decisión podría dejar a España sin participar en Eurovisión por primera vez desde su llegada en 1961. Un precio a pagar de un país que actualmente lidera el Grupo de Referencia de Eurovisión, y que es uno de los cinco miembros del 'Big-5' eurovisivo, los cinco países que más aportan al festival. En diciembre, tendremos la solución.

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