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La estación de Metro de Gran Vía reabrirá el 16 de julio tras 825 días de retraso

El servicio de esta estación, una de las principales de la capital, lleva cortado desde agosto de 2018.

La estación de Metro de Gran Vía reabrirá el 16 de julio tras 825 días de retraso

Fue en agosto de 2018 cuando la estación de Metro de Gran Vía, en pleno centro de Madrid, cerró para acometer un ambicioso proyecto de remodelación y ampliación de la estación cuyo principal objetivo era conectarla con la de Sol. Según la previsión inicial, las obras se alargarían 236 días. Sin embargo, ya suman más de mil desde su cierre y, por fin, ya hay fecha para su reapertura.

Será el próximo 16 de julio cuando los viajes podrán volver a utilizar la estación de Gran Vía después de casi tres años de obras y con 825 días de retraso con respecto al primer cálculo de la Consejería de Transportes. Así lo ha anunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, que ha visitado la estación y ha bajado hasta los andenes de las lineas 1 y 5, actualmente fuera de servicio en esta parada.

"Madrid tiene los mejores años por delante y nuestro metro no puede parar", ha subrayado la presidenta regional ante la réplica del templete de Antonio Palacios que culmina la obra. Los leones que coronan esta estructura también podrán verse en el mural cerámico de Miguel Durán-Loriga de los años setenta que se ha recuperado en el menos -1 de la estación y que recibirán a los viajeros, que ahora podrán hacer transbordo en Metro y acceder a la red de Cercanías a través de una conexión que enlaza con la estación de Sol y las líneas C-3 y C-5.

Así será la renovada estación

Se ha realizado un cambio radical en la arquitectura de la estación, ya que contará con un eje vertical con conexión de los distintos niveles. Tendrá un primero donde habrá un nuevo vestíbulo que conectará y ampliará el actual, pasando de 900 a 2.000 metros cuadrados. En el segundo nivel intermedio de paso, se ha creado "un pequeño museo con los restos arqueológicos que han aparecido en las excavaciones", ha indicado Ayuso. En el tercer nivel está la conexión con la línea 5 y una galería para unir la parada de Metro de Gran Vía con la de Renfe Cercanías Sol. "De este modo, se mejorará la seguridad de la estación, ya que dispondrá de dos entradas y salidas, y permitirá unir las dos estaciones de forma subterránea", ha añadido.

En cuanto a las nuevas instalaciones, la conservadora ha señalado que "habrá 14 nuevas máquinas de venta de títulos de transporte, de nueva creación y de diseño mucho más moderno". "Estos dispositivos cuentan con grandes pantallas de visualización, la posibilidad de realizar el pago de la operación sin contacto, así como también de acceder al servicio de atención al cliente a través de videollamada", ha apuntado.

Además, los viajeros con movilidad reducida encontrarán dispositivos como sistemas de apertura fácil en puertas, tiras antideslizantes en escaleras fijas, etiquetas braille en los pasamanos, señalización de elementos de accesibilidad, pasamanos a doble altura, interfonos de comunicación adaptados, o pavimentos de tacto visual cerámico para facilitar sus desplazamientos.

Lo motivos del retraso

A pesar de la inversión de 10,7 millones de euros, la obras de la estación de Metro de Gran Vía acumularán 825 días de retraso. "Pueden parecer muchos, pero que cuando los ciudadanos vean el resultado sabrán que ha merecido la pena", ha asegurado Ayuso durante su visita. Pero, ¿a qué se debe esta demora?

Las obras han tenido que hacer frente a diferentes complicaciones que han alargado su conclusión durante demasiado tiempo. El primer contratiempo fue el hallazgo de vestigios arqueológicos, lo que añadió una importante complicación técnica debido a que se actúa sobre infraestructuras antiguas y un entorno complejo con protección de patrimonio cultural.

La Consejería de Transportes primó la seguridad y la protección del patrimonio encontrado siguiendo las indicaciones de la Dirección General de Patrimonio Cultural. En el último trimestre del 2019 se hallaron los restos más profundos de la estación original de 1919 como la escalera original, los pozos de ascensores y el vestíbulo de la antigua estación. Así, se ha tratado de compatibilizar la seguridad y accesibilidad de los ciudadanos, por un lado, y la conservación del patrimonio, que se ha museabilizado, por otro.

A esto hay que sumar la mala planificación, que llevó a la compañía adjudicataria de las obras, Sando, a avisar en un informe del riesgo de colapso del túnel de conexión con el Cercanías y de los edificios colindantes por el método constructivo elegido y las intensas lluvias. Esta última circunstancia obligó a autorizar un contrato extra de casi 3,5 millones de euros a la propia adjudicataria, sin concurso, que en principio iba a duplicar el coste de las obras.

Por si esto fuera poco, las obras también se han retrasado a causa de la crisis sanitaria del coronavirus y la declaración del estado de alarma que tuvo lugar en el mes de marzo de 2020 y que obligó a imponer medidas restrictivas para las obras públicas, lo que ha ralentizado todavía más los trabajos.

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