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¿Qué está pasando en Brasil?

Radicales seguidores de Jair Bolsonaro han tratado de dar un golpe contra Lula da Silva atacando los poderes del Estado.

¿Qué está pasando en Brasil?

Cuando se cumplen dos años del asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de republicanos radicales seguidores de Donald Trump tras no aceptar la derrota electoral, la escena se ha repetido en Brasil, donde este domingo 8 de enero seguidores de Jair Bolsonaro han asaltado la sede del Ejecutivo, la Corte Suprema y el Congreso Nacional con la idea de dar un golpe de Estado y derrocar a Lula da Silva.

Ataviados con la bandera de Brasil y camisetas con sus colores, los radicales, que llevan meses negando la victoria de da Silva avivando la conspiración del fraude electoral y negando su legitimidad, al igual que pasó eón Estados Unidos con Joe Biden, han pedido una intervención militar y la deposición del recién investido presidente.

De una manera similar a Trump, Jair Bolsonaro, presidente saliente tras perder en segunda vuelta de las elecciones de octubre, ha alimentado el descontento de su base desde su derrota y abandonó la Presidencia sin haber reconocido que perdió en las elecciones, como el estadounidense hizo en su día.

El asalto fue convocado por los grupos bolsonaristas que llevan acampados frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia desde el día posterior a las elecciones. A través de grupos de WhatsAppp y Telegram se organizaron con el objetivo de "rodear Brasilia" y "frenar todo". Así, abandonaron su asentamiento para dirigirse a la Explanada, sede de los tres poderes, con carteles en los que se puede leer lemas como "Fuerzas Armadas, cumplan su sentencia" o "Por liberar a Brasil del comunismo".

Tal como han informado medios brasileños, los manifestantes han entrado en el Congreso en torno a las 14:40 horas de este domingo y después se han dirigido al Palacio del Planalto, la sede del poder Ejecutivo del Gobierno Federal brasileño, y a la Corte Suprema, el más alto tribunal del Poder Judicial de Brasil.

Fuerzas del orden ante los seguidores de Bolsonaro asaltando los poderes del Estado en Brasil
Fuerzas del orden ante los seguidores de Bolsonaro asaltando los poderes del Estado en Brasil GTres

Las fuerzas de seguridad, después de cinco horas, han logrado recuperar el control de las sedes, que han sufrido importantes destrozos por los asaltantes. Agentes antidisturbios han tenido que cargar y usar gases lacrimógenos dejando un balance de al menos 46 heridos, seis de ellos graves, y centenares de detenidos.

Los detenidos se enfrentarían, en base al artículo 359-M del Código Penal brasileño, a penas de entre cuatro y doce años de prisión por "tentativa de destitución de un gobierno legítimamente electo".

El gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, ha sido apartado de su cargo tras los incidentes. La decisión hasido tomada por Alexandre de Moraes, juez de la Corte Suprema. El magistrado ha indicado que "la escalada violenta" contra la sede de los tres poderes "solo podía ocurrir con el consentimiento y hasta la participación efectiva" de las autoridades competentes por la seguridad pública e inteligencia.

Lula da Silva

Lula da Silva, que asumió la presidencia de Brasil el pasado 1 de enero después de que ganara las elecciones frente al ultraderechista Bolsonaro por el 50,9% de los votos frente al 49,1%, en el momento del asalto se encontraba de viaje en la ciudad Araraquara, en Sao Paulo, para examinar los daños causados por las fuertes lluvias en la región.

"Quien haya hecho esto será encontrado y castigado. La democracia garantiza el derecho a la libre expresión, pero también exige que las personas respeten las instituciones. No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados. Y descubriremos quiénes son los patrocinadores de los que han ido hoy a Brasilia, y todos pagarán con la fuerza de la ley", ha enunciado en rueda de prensa tras conocer los incidentes.

Ha recordado, además, que hay "varios discursos" de su predecesor, Jair Bolsonaro, en los que "alienta" la toma de los distintos poderes. "Esta también es su responsabilidad y la de los partidos que lo apoyaron", ha sentenciado.

Ante el caos ocasionado por los seguidores de Bolsonaro, da Silva, que ha puesto rumbo a la capital, ha decretado hasta el próximo 31 de enero la intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia. Es decir, los policías regionales estarán bajo el control del Gobierno durante ese periodo.

La tibia reacción de Bolsonaro

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que se encuentra en Florida (Estados Unidos), hasta donde viajó para no escenificar el cambio de mandato, ha reprobado a través de las redes sociales de manera tibia el intento de golpe de Estado promovido por sus simpatizantes radicales.

"Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", ha manifestado siete horas después de los ataques.

Bolsonaro ha alegado, ademas, que durante su mandato "siempre" ha cumplido con la Constitución, "respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y la sagrada libertad"."Repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del Ejecutivo de Brasil", ha apostillado.

Condena internacional

Desde varios países de América Latina han condenado lo ocurrido. En Colombia, el presidente Gustavo Petro ha denunciado "las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia". Gabriel Bóricas, presidente de Chile, ha tachado de "impresentable" el ataque a los poderes del Estado. "La democracia es el único sistema político que garantiza libertades y nos obliga a respetar el veredicto popular", ha defendido Alberto Fernández, presidente de Argentina.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tildado de "asalto a la democracia" lo sucedido en Brasil asegundo que las instituciones del Gobierno brasileña cuentan con todo el apoyo de su Administración.

En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, han transmitido su apoyo a Lula da Silva. "Condenamos rotundamente el asalto al Congreso de Brasil y hacemos un llamamiento al inmediato retorno a la normalidad democrática", ha tuiteado Sánchez.

No ha sido el único dirigente europeo en pronunciarse. Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha subrayado que "se debe respetar la voluntad del pueblo brasileño y de las instituciones democráticas", mientras que Olaf Scholz, desde Alemania, ha denunciado que "los ataques violentos a las instituciones democráticas son un ataque a la democracia que no se puede tolerar". Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, tam bien ha compartido su preocupación recordando que Lula da Silva "fue elegido libre y justamente".

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