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Ni bares ni cafeterías: la nueva prohibición de Bruselas a toda la hostelería en España

La Comisión Europea impone un drástico cambio que será de obligado cumplimiento en todos los países de la UE.

Ni bares ni cafeterías: la nueva prohibición de Bruselas a toda la hostelería en España

Llegan importantes cambios para la hostelería en España. Se trata de la aplicación de una directiva ordenada desde Bruselas para toda la Unión Europea. Desde mitad de 2026, todos los negocios del sector tendrán que reducir la generación de residuos de plástico y adaptarse al Reglamento de Envases y Residuos de Envases.

Con esta nueva normativa, se quiere acabar definitivamente con todos los envases individuales para los clientes de negocios como hoteles hostales. Por ejemplo, los pequeños botes de gel y champú que se ofrecen en los establecimientos serán cambiados por dispensadores fijos.

Por otro lado, también se preparan cambios para los bares y restaurantes. De este modo, las porciones individuales de mermelada comenzarán a servirse en tarros compartidos, mientras que los pequeños envases de mantequilla se empezarán a servir en envases reutilizares y compartidos.

Giro en el sector hostelero: la nueva normativa de Europa

Con estas políticas, Bruselas busca adaptar al sector de la hostelería a una normativa verde y cuidadosa con el medio ambiente, reduciendo drásticamente la generación de envases de plástico, especialmente contaminantes con nuestro planeta.

La normativa busca una transición verde en el sector de la hostelería
La normativa busca una transición verde en el sector de la hostelería Pexels

Al tratarse de una directiva de la Comisión Europea, será de obligado cumplimiento en todos los países del Eurogrupo. Por este motivo, la hostelería en España no se podrá quedar al margen y deberá invertir en protocolos de limpieza, formación del personal o inversiones para priorizar elementos destinados a la reducción de plásticos.

La normativa ya ha generado sensaciones contrapuestas. Sus detractores consideran que supone un golpe para la economía y que podría dificultar los servicios, por ejemplo, en los desayunos en los bares. Por el lado contrario, quienes apoyan esta norma defienden que podrá facilitar una transición verde en un sector económico destacado en España para que sea más cuidadoso con el planeta.

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