Quique Noguerales, el joven que impulsó la campana contra el cáncer El Sello de Quique, ha muerto a los 15 años ayer, jueves 12 de junio. La Fundación Iñaki Noguerales ha confirmado su fallecimiento. Durante su vida se caracterizó por su lucha contra el cáncer y su papel en una fundación dedicada a recaudar dinero para investigar contra esta enfermedad.
Quique Noguerales fue diagnosticado de un sarcoma alveolar, un tipo de cáncer poco frecuente y muy agresivo, en 2022. Desde su fundación, con el apoyo de su familia, impulsó la campaña El Sello de Quique, un movimiento que nació con el objetivo de cambiar el futuro de los pacientes más jóvenes, visilbilizar el sarcoma y recaudar fondos para la investigación contra este tipo de tumores.
Su campaña generó una ola de solidaridad que involucró a multitud de pacientes, empresas y entidades de todo el país siguiendo su espíritu de lucha contra esta enfermedad. Además de su inspiración, entregó personalmente en marzo de 2025 los 100.000 euros recaudados contra esta enfermedad.
La campaña con la que colaboró estaba relacionada con la Unidad de Terapias Avanzadas del Hospital La Paz de Madrid, en colaboración con la Fundación CRIS contra el cáncer, que fueron destinados a la investigación del sarcoma y combatir esta agresiva enfermedad.
Qué es el sarcoma alveolar y qué síntomas tiene
El sarcoma alveolar está relacionado con tumores localizados en tejidos grasos y musculares, tendones o nervios, entre otros. En España, según los datos oficiales de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), suponen el 2% de la mortalidad total por cáncer.
Este tipo de tumores son poco frecuentes, suelen afectar a personas jóvenes y aparece con frecuencia en las piernas, aunque también en brazos, cabeza o cuello. Su incidencia en la Unión Europea es de 5 casos anuales por cada 100.000 habitantes, y también pueden aparecer en cualquier edad, especialmente entre 40 y 60 años, más en hombres y también población joven, incluidos niños y adolescentes. Suelen aparecer en tejidos musculares, vasos sanguíneos y linfáticos en el momento del desarrollo embrionario.

El sarcoma alveolar suele aparecer como un bulto en las extremidades o en cualquier parte blanda del organismo, como el tejido graso y muscular, tendones, vasos sanguíneos, nervios o tejidos profundos de la piel. El problema es que esta protuberancia suele ser indolora y puede crecer rápidamente, lo que complica las expectativas de los pacientes.
El bulto se acompaña con señales de alerta como el calor, enrojecimiento e incluso dolor en la zona, que ayudan al paciente a poner mayor atención sobre la gravedad de los síntomas. Sin embargo, por sus características, es complicada la detección temprana de este tipo de cáncer. En el caso de la población infantil, el tumor puede aparecer frecuentemente en tejidos de la cabeza o el cuello, especialmente en la lengua o la cavidad del ojo.
Cuando se sospecha de este tumor, se realizar primero una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) para confirmar si el bulto es un tumor y si es benigno maligno. Además, se realizará un análisis exhaustivo que planificará después su posible cirugía de extirpación. El diagnóstico se complementa y confirma mediante biopsia.
El diagnóstico de la enfermedad deja paso a un pronóstico que depende de varios factores. Entre ellos, la detección temprana o no del tumor, la zona del cuerpo en la que se desarrolló, la posibilidad de extirpación completa y la posibilidad de metástasis, especialmente alta en este tipo de casos. En comparación con otros tipos de cáncer, el sarcoma alveolar tiene una supervivencia estimada del 60% a los cinco años de tratamiento. La metástasis se suele concentrar en un elevado porcentaje de casos en los pulmones del paciente.