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Economía

Crece la brecha intergeneracional: jóvenes más pobres y mayores más ricos desde 2008

Un estudio certifica un agravamiento de la brecha intergeneracional y el abandono que sufren los jóvenes en las políticas públicas.

Crece la brecha intergeneracional: jóvenes más pobres y mayores más ricos desde 2008

La brecha intergeneracional crece en España con los jóvenes como los grandes perdedores. Con una tasa de desempleo juvenil del 25,6% en menores de 25 años y una cifra que prácticamente duplica a la media de Europa, también registran una merma en su poder adquisitivo que, además, dificulta las posibilidades de acceder al mercado de la vivienda.

La situación de los jóvenes se ha deteriorado durante las últimas dos décadas, pero no ocurre el mismo escenario en todos los grupos de edad. Mientras que su renta ha caído un 10% desde 2008, año en el que estalló la burbuja inmobiliaria, los mayores de 65 han visto cómo esta misma tasa crece en un 8% desde entonces.

Sin embargo, en términos generales, la población española se ha visto empobrecida de media desde entonces. La renta del conjunto de la población ha descendido un 3% desde el año el crack que llevó a España prácticamente al rescate europeo.

Problemas en los salarios

Uno de los factores determinantes en la situación de los jóvenes se encuentra en la evolución que han experimentado los salarios. Los menores de 20 años tienen un sueldo medio equivalente al 40% de la media nacional, con 1.017 euros mensuales en catorce pagas, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). En la franja de 20 a 24 años, se cobra un 55% de la media, con 1.223 euros mensuales, que no permiten afrontar el coste de la vida, cada vez más elevado.

El problema en el acceso a la vivienda de los jóvenes se está agravando
El problema en el acceso a la vivienda de los jóvenes se está agravando Envato Elements

Por este motivo, la edad de emancipación en España se encuentra entre las más altas de Europa. En estos momentos, se fija en los 30,3 años, atendiendo a los últimos datos disponibles en 2022, frente a los 28,4 años de 2008, mientras que en la Unión Europea está descendiendo y la media ya se sitúa en 26,4 años.

Esto provoca que solo un 43% de los hogares jóvenes cuenten con una vivienda en propiedad, una cifra muy alejada del 70% que se registraba hace dos décadas. Entre otras circunstancias, hay que recalcar que han empeorado las condiciones en el acceso a una vivienda y que este factor se ha vuelto en uno de los más acusados de la brecha intergeneracional.

De este modo, un joven con una edad inferior a 25 años necesitaría el salario íntegro de 9,88 años para comprar una vivienda o debería destinar, al menos, el 50% de su renta mensual si opta por el alquiler, cuando se recomienda que no supere el 30%.

El estudio 'Jóvenes sin Aliados: cuando la Economía y la Política les dan la espalda', del Consejo General de Economistas, achaca este problema a la falta de oferta de vivienda sobre estos precios tan elevados. En España se han construido 1,4 millones de pisos de protección oficial, pero solo 100.000 se han destinado al alquiler rotatorio, además de que tan solo el 1% del parque de viviendas es social frente al 7% de la OCDE.

Por este motivo, el estudio mantiene que se deberían dedicar ingentes recursos para desarrollar un parque de viviendas público de gran capacidad, pero en la actualidad tan solo alcanza el 0,5% del PIB, la mitad de lo dedicado entre 1990 y 2000.

El país también está sufriendo un estancamiento de la productividad que afecta al crecimiento del PIB per cápita, en el que influye una pirámide demográfica decreciente. Cada vez se jubilan más generaciones de las que entran en el mercado laboral, y esto afecta a la productividad. Este factor explica que el PIB per cápita haya crecido un 59,4% entre 1980 y 1999, frente a tan solo el 20,3% entre 2000 y 2019.

Esta evolución de la pirámide poblacional también afecta a las políticas públicas, que llevan a un menor interés por los problemas de los jóvenes porque su electorado tiene cada vez menor peso. En 1980, los jóvenes eran más del 35% de los votantes y hoy solo un 21%. Mientras tanto, los mayores de 64 años eran entonces el 16% y actualmente superan el 25%. Un escenario que tan solo se agravará dada la evolución poblacional.

El estudio defiende una mayor inversión en educación, I+D+I, lucha contra la pobreza infantil, emancipación, acceso a la vivienda o conciliación. También, otras medidas como reducir la edad de voto a los 16 años o nuevas instituciones independientes para sus intereses.

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