Un hombre le dio un puñetazo a un anciano en la cara tras ver pegar a su mujer con el bastón, el hombre de 91 años cayó hacia atrás y se golpeó con la cabeza en el suelo, acto que provocó la muerte inminente del mayor. El Tribunal Supremo tras una primera estimación de 20.000 euros ha subido a 48.120 euros la indemnización que tendrá que pagar el hombre del puñetazo a los dos hijos del fallecido.
Los magistrados de la Sala de lo Penal han visto conveniente subir la condena porque pese a que no tuvo intención de matar al anciano, sí tuvo intención de maltratarlo. Esto ha sido lo que finalmente se ha declarado desde el alto tribunal tras este caso que se remonta a 2017 en Valdemoro.
¿Cómo sucedieron los hechos?
El acusado de 38 años vio como una mujer anciana era golpeada en varias partes de su cuerpo con un bastón por su marido mientras discutían. En la sentencia consta que primero se acercó para reprochar la conducta que estaba teniendo con su mujer, afirma que tras esto el anciano se le encaró "llegando a levantar con su brazo el bastón hacia él, en ademán de amenazarle".
Ante las amenazas el condenado respondió dándole un puñetazo en la cara, así el señor de 91 años perdió el equilibrio y cayó de espaldas contra el suelo, golpeándose la parte de atrás de la cabeza. El informe del médico revela que el fallecido murió por culpa de la caída que le creó un traumatismo creando-encefálico causándole una hemorragia intracraneal postraumática.
Consecuencias
Debido a que no tenía intención de causarle la muerte con el puñetazo, fue condenado a dos años de cárcel e inhabilitación especial por delito de homicidio por imprudencia grave, además se puso una indemnización de 24.060 euros a cada hijo.
El condenado no estaba conforme con su sentencia y la llevó ante la Audiencia Provincial de Madrid, este órgano declaró que dentro del delito de homicidio por imprudencia grave, se trataba de la modalidad menos grave. También, cambió la pena de prisión por una multa de 450 euros y disminuyó la indemnización a 10.000 para cada hijo, al considerar que la víctima era mayor y que los hijos no dependen del padre.
El caso ha acabado en el Tribunal Supremo por demanda de los familiares que aseguran que aunque el condenado no tuviera la intención de matarlo, el puñetazo fue voluntario. Los hijos han declarado que mientras el hombre de 38 años goza de una buena complexión física, su padre no: "Un anciano de 91 años, con una debilidad física definida por su edad y por la necesidad de caminar con un bastón de apoyo".
El magistrado Pablo Llanera ha asegurado que el acusado se excluye del delito de homicidio. Se ha recalcado que el culpable tenía la intención de evitar que el anciano siguiera golpeando a su mujer, una "exigencia social de que el acusado actuara en consonancia para desactivar tal peligro". Los magistrados denominan la situación como una cuestión "azarosa y compleja".
Finalmente, aunque el Tribunal Supremo haya reconocido que se trata de una modalidad menos grave y reconozca que fue con motivo de las agresiones hacia una mujer, le da la razón a los familiares y sube la indemnización de 10.000 a 24.060 euros a cada hijo.