Adiós a Youtube para menores de edad. Australia mantiene una auténtica batalla para proteger a los niños menores de 16 años de los riesgos vinculados al uso de redes sociales. En este contexto, ha incluido por primera vez a Youtube en la lista de plataformas vetadas.
Las autoridades del país oceánico apuntan a varias investigaciones que alertan sobre la difusión de contenidos perjudiciales para menores y el empleo de técnicas como el 'scroll infinito' o reproducción automática, que atrapan en ciclos de consumo sin control para los niños.
La exclusión de Youtube Kids muestra un matiz en la normativa, aunque los menores no podrán tener cuentas activas en Youtube ni subscribirse a canales. Ante las protestas de Google, matriz de Youtube, el Gobierno de Australia ha mantenido firmemente esta postura.
Control del entorno digital
El Ejecutivo del país ha defendido esta postura. Su ministra, Anika Wells, ha sostenido que la normativa se implantará desde diciembre y pretende proteger a los jóvenes como si estuvieran nadando en un océano lleno de "tiburones" (plataformas de redes sociales con algoritmos predadores) en lugar de una piscina controlada.

Este tipo de algoritmos predadores emplean características especialmente diseñadas para enganchar a los usuarios, como 'scroll infinito' o listas personalizadas, lo que expone a los menores a contenidos dañinos que abarcan desde mensajes sexistas y violentos hasta retos peligrosos o hábitos alimenticios poco saludables.
A pesar de que inicialmente se planteó excluir a Youtube de este veto, el informe reciente de la Comisión de Seguridad en Línea (eSafety) reveló que el 37% de los niños reportaron haber visto contenido perjudicial en la plataforma, lo que motivó revisar esta excepción.
En todo caso, queda excluido Youtube Kids porque restringe la subida de vídeos y comentarios. Los menores podrán ver vídeos de Youtube sin iniciar sesión, pero no crear ni mantener cuentas activas ni suscripciones, lo que limita la interacción social directa.
Aquellas plataformas que incumplan esta prohibición se enfrentan a multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (alrededor de 28 millones de euros). A pesar de que el Gobierno reconoce que la ley no es perfecta y que muchos menores intentarán eludirla, supone un paso que puede mejorar significativamente la calidad de vida de la infancia.
Google ya ha rechazado abiertamente esta prohibición alegando que Youtube no es una red social sino una plataforma de vídeos con contenido educativo de alta calidad. Por este motivo, no ha descartado emprender medidas legales y sigue en diálogo con las autoridades australianas.