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AstraZeneca retira la venta en todo el mundo de su vacuna contra el Covid-19

El movimiento coincide con que el laboratorio ha admitido por primera vez que la inyección podría provocar efectos secundarios.

AstraZeneca retira la venta en todo el mundo de su vacuna contra el Covid-19

AstraZeneca ha anunciado que ha iniciado, voluntariamente, la retirada mundial de su vacuna contra el Covid-19, días después de que la compañía farmacéutica del Reino Unido solicitara a la Comisión Europea que la inyección se dejara de comercializar en Europa.

Pese a que AstraZeneca asegura que la retirada del mercado se debe a "razones comerciales" y a la existencia de un "excedente de vacunas disponibles", el movimiento coincide con que recientemente el laboratorio ha admitido por primera vez que esta inyección podía provocar efectos secundarios, como trombosis, en "casos muy raros".

Esta declaración forma parte de un documento presentado ante la justicia británica, donde hay una demanda colectiva contra la farmacéutica por los efectos de su vacuna.

51 víctimas y familiares

Se trata de una demanda que recoge los casos de 51 víctimas y familiares que reclaman a AstraZeneca hasta 100 millones de libras por daños y perjuicios por los efectos secundarios de su vacuna. La compañía británica no reconoce que su inyección haya causado daños, pero sí admite que la vacuna "puede, en casos muy raros, causar trombosis".

Precisamente los abogados de los denunciantes argumentan que la vacuna, desarrollada junto con la Universidad de Oxford, "ha tenido un efecto devastado a un pequeño número de familias".

Uno de los primeros casos en judicializarse fue el de Jaime Scott, quien ha quedado con una lesión cerebral permanente tras sufrir un coágulo y una hemorragia en el cerebro que le impidió trabajar después de recibir la vacuna de AstraZeneca en abril de 2021, informa Efe.

En mayo de 2023, AstraZeneca, también mediante respuesta judicial, contestó que no aceptaba la tesis de que el caso de Scott hubiera sido causado por su vacuna.

¿Por qué tan polémica?

Al principio la conocimos como "la vacuna de Oxford", porque esta universidad impulsó su desarrollo junto con la empresa AstraZeneca. De hecho, parecía el proyecto más avanzado hasta que en septiembre de 2020 los ensayos clínicos se paralizaron por un problema con uno de los voluntarios.

El producto estaba basado en un adenovirus modificado para incluir el material genético del SARS-CoV-2, de manera que el sistema inmunitario humano pudiera reconocer este virus y defenderse; y siguió adelante, pero ya superado por Pfizer y Moderna, las vacunas basadas en ARN, que consiguieron adelantarse.

Al final, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) le dio luz verde el 29 de enero de 2021, pero su llegada vino acompañada por una gran polémica con Bruselas sobre los contratos y las entregas previstas, con supuestos problemas de producción.

No seria el último lío ni el más importante: en marzo de ese año la administración de esta vacuna se suspendió tras detectar casos de trombosis entre los pacientes de países europeos que la habían recibido, entre ellos, España. El parón fue cosa de unos pocos días, pero las dudas ya estaban sembradas.

¿Cuál es el verdadero riesgo?

En cualquier caso, la vacuna siguió comercializándose porque los beneficios superaban los riesgos de una forma abrumadora. Cuando la EMA encontró "posibles vínculos" con los trombos, se habían administrado dosis a 34 millones de personas sumando los países de la Unión Europea y el Reino Unido y los casos contabilizados eran 222.

Es decir, que se detectaba menos de un caso cada 100.000 vacunados. "Fueron casos graves, pero muy raros", destaca López Hoyos.

En cualquier tipo de medicamento, se considera un caso "muy raro" de afecto adverso el que afecta a una persona entre 10.000, es decir, 10 veces más frecuente, tal y como especifican los prospectos.

Las píldoras anticonceptivas, por ejemplo, tienen un riesgo de trombosis más alto que esta vacuna (según su formulación, de 10 a 120 casos entre 10.000 pacientes).

También pueden provocar coágulos algunos corticoides destinados a tratar inflamaciones o antipsicóticos. No obstante, "es cierto que estas vacunas, al administrarse a población sana, los estándares de seguridad son mucho más altos que cualquier otro fármaco", comenta el experto Jaime Pérez.

En cualquier caso, volviendo al presente, probablemente lo más importante que debería tener claro cualquier persona vacunada es que "las reacciones adversas se producían en los 15 días posteriores a la vacunación", destaca Pérez. Es decir, que hoy en día "no hay ningún motivo de preocupación" para las persona que recibieron alguna dosis. No dejemos que el sensacionalismo y el alarmismo preocupe de manera innecesaria.

En la actualidad, los expertos piden continuar administrando las vacunas del covid disponibles, pero de forma estacional, como pueden ser las de la gripe, y para ciertos grupos de riesgo.

Probablemente, estas recomendaciones se mantendrán para la temporada 2024-2025, pero con dosis actualizadas a las variantes más recientes y para los grupos más vulnerables.

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