'Chucky', 'Anabelle' o 'Dolly' son solo algunos ejemplos de protagonistas 'inanimados' de películas de terror. Y es que, aunque el tópico del muñeco maldito forma parte de nuestro imaginario colectivo y lo relacionemos con el cine de terror, hay personas a las que dicho temor les resulta extremo. El nombre que recibe es pediofobia: miedo a que un muñeco cobre vida propia.
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¿Por qué dan miedo las muñecas?
Según palabras del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, el desasosiego que nos puede causar este tipo de objetos inanimados con forma humana, que se encuentran a medio camino entre lo vivo y lo muerto, yace incrustado en nuestra mente. La inquietud nace de la colisión entre algo que parece que tiene vida pero no la tiene o no debería tenerla. Escapa de nuestra concepción típica de 'real'.
En el caso de las muñecas de porcelana, hay otro elemento de 'horror': la tanatofobia. Hace referencia al miedo a la muerte, pues debido a la palidez del material de la que están fabricadas, se nos evoca la piel de un cadáver.
¿Tienes pediofobia?
Para la mayoría de las personas, el miedo viene condicionado directamente por todas las muñecas malvadas que aparecen en el cine, aunque genera tan solo una incomodidad. Sin embargo, si sientes los siguientes síntomas ante la visión de una muñeca, podrías padecer pediofobia: temor que debilita, angustia y niveles altos de ansiedad.
Puesto que un trastorno así puede llegar a influir en la vida de alguien incapacitándola y generando un sentimiento intenso de malestar, sería conveniente acudir a un profesional de la psicología para poder paliarlo.
