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Decathlon retira los hijabs deportivos para mujeres musulmanas tras la polémica desatada

La controversia despertada en Francia ha provocado que la marca retire esta prenda en el país galo.

A diferencia de lo que ocurre en España, la laicidad en Francia es una cuestión de Estado. Entendiendo que las creencias religiosas es algo que compete exclusivamente a la vida personal de cada uno, el país galo evita cualquier símbolo o presencia clerical en la esfera pública. Sea de la religión que sea. De lo contrario, suelen despertarse polémicas como la que ha provocado la nueva prenda deportiva que pretendía lanzar Decathlon.

La conocida marca quería lanzar una línea de hijabs deportivos para mujeres musulmanas pero ha despertado una ola de polémica que ha llevado a Decathlon a dar un paso atrás y deshacerse de la idea. 

Los hijabs deportivos de Decathlon
"Los hijabs deportivos de Decathlon"

Teniendo en cuenta que en Francia viven más de seis millones de musulmanes, resulta lógica la decisión de la marca por apostar por esta prenda. Además, no se trata de algo revolucionario, ya que Nike, por ejemplo, ha presumido de prendas similares en el pasado, también en Francia. La propia Decathlon va a comercializar este producto en más de un centenar de países, pero la polémica desatada en Francia, que ha alcanzado tintes polícos, han impedido su comercialización en el país.

Agnès Byzyn, ministra francesa de Sanidad, alarmó sobre la simbología patriarcal del hijab: "Es una visión de la mujer que no comparto. Preferiría que una marca francesa no promoviera el velo". Aurore Bergé, portavoz de Emmanuel Macron, secundó estas declaraciones, por lo que la polémica se multipló a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, provocando, finalmente, que Decahtlon retire la prenda.

El problema al que hace frente Francia

Históricamente, debido a sus principios ilustrados y revolucionarios, Francia ha destacado por sus principios laicos y su cultura políca íntegramente secular. Sin embargo, la llegada de musulmanes en la segunda mitad del siglo XX originó un conflicto ideológico y cultural que el país galo aún no ha sabido resolver.

Desde 2004, el hijab está prohibido en los edificios públicos y desde hace algunos años las autoridades han comenzado a multar a las mujeres que llevaran burkini en las playa. En Francia, este tipo de prendas no se considera un símbolo de libertad personal, sino una imposición y coacción religiosa.

El problema ante esta postura del estado francés surge ante una posible estigmatización de las mujeres musulmanas fomentando así su discriminación. Algunos tildan este tipo de medidas de claramente xenófobas y es que desde la extrema derecha, como el Frente Nacional de Marine Le Pen, utilizan esta pulcra laicidad como arma en contra de los musulmanes.

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