La Unión Europea (UE) se encuentra encerrada en la dependencia energética de Rusia. A pesar de que los países del Viejo Continente están desarrollando políticas y cambios en infraestructuras para reducir la relación con Moscú, la realidad es que es imposible de cortar por el momento.
Solo en 2024, los países de la UE pagaron 21.900 millones de euros en importaciones de petróleo y gas ruso. Este dinero fue destinado al régimen de Moscú en el tercer año de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas, según un informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).
El dato tiene mayor relevancia si se compara el dinero aportado a la maquinaria rusa frente a la ayuda que se está destinando a Ucrania en el conflicto. Este montante supera al total de la ayuda financiera que Europa envió a Ucrania en 2024, que ascendió a los 18.700 millones de euros, según recoge el citado informe.
El comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, ha reconocido que "desde 2022 hemos gastado más en energía rusa que en ayudar a Ucrania" y establecido una comparativa a modo ilustrativo: "Con ese dinero podríamos haber comprado 2400 cazas Eurofighter". Sin embargo, denuncia que "Rusia ha convertido la energía en un arma de guerra".
Más dinero a Rusia que a Ucrania
Estas partidas evidencian que la Unión Europea se vio obligada a destinar más dinero al régimen ruso que a la ayuda hacia Ucrania para defenderse del ejército invasor. En concreto, una diferencia de 3.200 millones de euros en la que se vio beneficiado el régimen de Vladímir Putin.
Este hecho ocurre por la fuerte dependencia que la Unión Europea ha tenido históricamente de Rusia en materia energética. Una cuarta parte de los ingresos del país eslavo todavía están motivados por la exportación de combustibles fósiles proviene todavía de Europa.

En este contexto, la Comisión Europea ha aprobado una ambiciosa estrategia que busca cortar por completo la dependencia energética del gas ruso antes de 2027. El plan, que anunció el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, contempla la prohibición de todos los contratos de suministro de gas desde finales de 2025.
El proceso para cortar lazos energéticos con Rusia se ha ido aplicando progresivamente y es una de las grandes medidas de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En 2022, la dependencia llegó a representar el 45% del gas importado por la UE, pero la cifra ha caído hasta el 19% ante el incremento de importaciones de otros proveedores, entre ellos, Estados Unidos, Catar o Noruega.
De este modo, la UE espera cortar todos los lazos vinculados al gas, incluyendo contratos de largo plazo todavía vigentes. Este proceso es complejo para algunos países miembro por el alto volumen de importaciones que todavía mantienen. Para ello, se exigirá a cada país la elaboración de planes nacionales para eliminar progresivamente gas, petróleo y uranio de origen ruso, atendiendo a sus necesidades particulares y niveles de dependencia.
Este cambio se ha notado también en otras fuentes de energía. Desde 2022 sean prohibido todas las importaciones de carbón ruso y las de petróleo han descendido desde el 27% hasta el 3%. En cuanto al uranio y combustible nuclear, algunos países están sustituyendo los productos rusos por proveedores alternativos como Estados Unidos, Canadá o Kazajistán.