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Un estudio denuncia que hasta ahora no se habían probado los productos menstruales con sangre real

Se publican los resultados de la primera investigación que ha utilizado sangre real para probar la eficacia de los productos menstruales.

Un estudio denuncia que hasta ahora no se habían probado los productos menstruales con sangre real

Un estudio publicado por la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, en Estados Unidos, denuncia que la capacidad de los productos para la regla nunca ha sido comprobada con sangre real.

Según este estudio realizado por la profesora Bethany Samuelson Bannow y su equipo, un tercio de las personas que menstrúan sufren menorragia, es decir, un sangrado abundante durante sus periodos de regla. Esto se calcula según el número de compresas y tampones que se utilicen en un periodo determinado. Este estudio no se ha comprobado con otros productos menstruales, como la copa.

Sin embargo, en este estudio la profesora ha podido comprobar que muchos de los productos menstruales están mal categorizados, además de que la mayoría tienen menos capacidad de absorción de la que dicen tener. En todos los estudios hasta ahora se ha estado utilizando agua o soluciones salinas para comprobar la eficacia de estos productos. Sin embargo, todos sabemos que la regla no es agua, sino que su consistencia es más viscosa, además de contener células, secreciones vaginales y tejido endometrial. En este estudio señalan que la falta de conocimiento en cuanto a la eficacia de los productos menstruales puede derivar en un mal diagnóstico par las personas menstruantes.

Esto no pasa con otros estudios

A diferencia de los estudios realizados para otras enfermedades como la diabetes o la tiroides, la mayoría de investigaciones sobre la regla se realizan por parte de la industria. Según Bannow, "estas métricas son creadas por las empresas, y las empresas no diseñan sus productos pensando en ayudar a la gente a diagnosticar un sangrado abundante". (...) "No quiero culpar a las compañías, porque es comprensible que no estén pensando en esto cuando diseñan sus productos".

Otro motivo para no utilizar sangre real en los anteriores estudio es el difícil acceso a sangre para las empresas privadas. Bannow recuerda: "no quieren abusar de los bancos de sangre que tienen un uso más urgente". En el caso del experimento realizado en la universidad de Oregón, se trataba de sangre que iba a ser desechada y que no tenía otro uso.

Otra dificultad a la hora de encontrar sangre real para realizar estos estudios es el tabú que existe todavía en torno a la menstruación, que hace que se encuentren ciertas "reticencias por parte de las mujeres a participar", explicó la autora del estudio La revolución de la menstruación.

Este estudio abre un nuevo debate en la sociedad sobre la importancia de probar los productos menstruales con sangre de verdad, en vez de utilizar ese líquido azul que sale en los anuncios de compresas, cuyas distorsiones se replican en los laboratorios.

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