Buscar
Usuario

Vida

9 razones para odiar la Semana Santa

La Semana Santa tiene sus puntos positivos, pero también motivos para que no te guste, y seguro que te sentirás identificado o identificada con estos aspectos que podemos reprochar a la mayor fiesta cristiana.

¡La Semana Santa es esa fiesta tan guapa! Encima, los niños tienen vacaciones en el colegio, los mayores tienen unos días libres, las calles tienen mucha "vidilla"... Y como seas muy devoto podrás ir a ver, después de un año, esas procesiones que te hacen llorar de emoción. ¡Vaya! Pero parece que no todo el mundo tiene ese entusiasmo por la fiesta que celebra la muerte y resurrección de Cristo, como no guardes mucha simpatía con la Iglesia Católica, critiques la ostentación o la ocupación religiosa de los espacios públicos, esos días mejor no abras la boca. ¿Que te gusta la tranquilidad? Pues se te ha acabado, y ya no veas cuando tienes que seguir trabajando mientras todo el mundo se ha ido de vacaciones. Si eres de las personas que odian la Semana Santa, te sentirás identificado o identificada con estas razones.

1 Poder, elitismo, Iglesia, cofradías...

Entendemos que existe la libertad religiosa y que las personas cristianas tienen su derecho a celebrar sus fiestas. Pero esos días la religión se vuelve el centro de nuestra vida ciudadana, en según qué zonas todo se paraliza en pos de la procesión. Las cofradías y hermandades tienen más de jerarquía y poder que de unión de devotos, así se ha visto en numerosas disputas internas, ya fueran en público o de puertas para adentro. Por otro lado, aquí todo se paga, en muchas ciudades debes estar apuntado a una cofradía o hermandad para desfilar, y pagar, y si quieres verla desde un buen sitio, ¡ya puedes aflojar! No todos podemos ver la procesión de Sevilla desde un balcón como los Pantoja o los Rivera, claro.

Pero esto, como decíamos, es según en qué zonas. Donde la llamada "devoción" o "tradición" es menor, también hay más igualdad, menos luchas de poder y nadie conoce a los miembros de las cofradías, y menos a quien mande. También, todo el mundo puede ver la procesión de pie en la calle sin que haya que pagar por balcones o sillas.

Pero si sólo entran las sillas y los palcos, ¿dónde la puedo ver de pie?
"Pero si sólo entran las sillas y los palcos, ¿dónde la puedo ver de pie?"

2 Está todo abarrotado de gente

Semana Santa tiene la parte bueno en las ciudades de que se mueve mucho turismo, y aunque no seas un destino típico religioso, pues las personas que viajan por descanso y no para ver procesiones se acercan a tu ciudad o pueblo. Sin embargo, como vivas en una zona muy emblemática para estas fechas, véase Sevilla y otros destinos andaluces, el bullicio puede ser constante y agotador. Incluso donde la atracción turística no es muy alta, la ciudad se llena de gente extraña generando colas de gente en todos los establecimientos, llenando las terrazas y haciendo ruido. Y sí, nosotros también lo hacemos en otras ciudades, es un intercambio de molestias que ahí está. Nos queremos mutuamente y nos agradecemos haber escogido nuestra ciudad, a la cual damos mucha vidilla, pero tenemos ganas de un poquito de tranquilidad.

3 Sale a relucir el fanatismo del cristianismo

Los cristianos, a la vez que tachamos de fanáticas a las personas que siguen la religión musulmana, y nos mofamos de cualquier otra creencia, en Semana Santa nos convertimos en algo extraño. Lloramos, nos ponemos muy estrictos con las normas religiosas, nos exaltamos si alguien hace algún chiste de nuestra fiesta, lloramos aún más si no hay procesión, hacemos penitencia porque así pensamos que se exculpan nuestros malos actos o, por el contrario, pensamos que así se cumplirán nuestros deseos, nos colgamos en cruces y cosas de esas... Y esto solo en España, o al menos en las regiones más tradicionales con la fiesta, ahora, si te vas a otras zonas del mundo, los látigos y los clavos en la mano empiezan a florecer como auténticos dementes.

¿Qué pensaría Jesús de ésto?
"¿Qué pensaría Jesús de ésto?"

4 ¿Policías y militares desfilando en las procesiones?

¿Nunca nos hemos preguntado por qué las fuerzas del Estado participan de esta manera tan activa en desfiles religiosos cristianos? Bajo una justificación del "toda la vida", Iglesia y Ejército se unen como reminiscencia de un pasado en el que ambas instituciones se unían para implantar su orden y moral a la ciudadanía. La Semana Santa se mantiene, por estos motivos, como la fiesta más facha del calendario, una auténtica vuelta atrás donde ideologías que no deberían venir a cuento se peinan hacia atrás, se ponen su chaleco acolchado y sus náuticos, y se hinchan de orgullo nacionalista. 

¿Y los legionarios por Málaga con su Cristo de la Buena Muerte,? ¡Por favor!

5 Se indulta a presos... siempre y cuando sean devotos

El Estado, en una nueva muestra de incongruencia con sus poderes y alianzas, imita el pasaje de la Biblia donde se cuenta cómo Poncio Pilatos liberó a Barrabás por petición popular, como era costumbre. Hoy, cada Semana Santa el Gobierno indulta a 7 presos, pero ¡ojo! No cualquiera. Para empezar, son las cofradías las que proponen esos indultos, y claramente tienen privilegio las personas más devotas, tal y como apunta el colectivo Europa Laica. Evidentemente, si la fiesta es "nuestra" (de los devotos), pues escogeremos "de los nuestros", ¿no? Pero, entonces, ¿por qué el Estado, aconfesional, permite estos privilegios?

No creemos en Jesús, pero nos quedamos con su tumba
"No creemos en Jesús, pero nos quedamos con su tumba"

6 Jerusalén en guerra, nosotros de visita...

En Semana Santa miles de personas van a visitar una zona en guerra. Aunque Jesús intentaba traer la paz y murió para salvarnos a todos y todas, en el sitio donde lo hizo caen bombas. Así que Israel toma el control de la situación, cierra el acceso a la zona palestina y da limitados permisos para acceder, "por seguridad". Las personas cristianas de zonas como Cisjordania o Gaza,que antiguamente se juntaban para celebrar festividades de Semana Santa en Jerusalén, hoy no pueden acercarse a su zona sagrada. También está prohibido portar banderas palestinas, mientras que cualquier europeo, por ejemplo, podríamos acercarnos allí y pasear bajo las insignias israelíes. Otros critican que en el Santo Sepulcro haya fuerzas de seguridad israelíes con armas, entendiendo que se puede garantizar la seguridad de la zona sin falta de que sean ellos los que portan máquinas de matar delante de la tumba de Jesucristo.

7 La lucha por a ver quién es más cristiano

A mucha gente le molesta de la Semana Santa la extrema hipocresía. Pero depende del lugar desde donde miremos a esa hipocresía. Los más devotos y devotas se quejan de que la gente acude a los festejos de Semana Santa por moda o tradición, pero que no se preocupan por la religión el resto del año. Otros y otras piensan que lo de "a Dios rezando y con el mazo dando" llega a su máximo explendor en estas fiestas, pues esos mismos devotos son los que luego señalan con el dedo a las personas que no siguen la "moral" de la Iglesia católica, o a las personas de otras religiones.

Verdaderamente, las procesiones están llenas estas fechas, pero las Iglesias siempre vacías. También es cierto que la Iglesia y sus adeptos frenan el desarrollo de las luchas sociales y permiten que gente como Hazte Oír saquen sus autobuses a la calle.

Pero lo que también puede ser cierto es que si todos los años la ciudad se convierte en un escenario de imágenes de Jesucristo y la Virgen María, de cánticos, bandas, rezos y lamentaciones, es normal que eso forme parte de la cultura popular incluso para quien no es muy religioso. Es que lo queremos todo, despliegue y exclusividad a la vez.

Hijo mío, ¿pero a ti te van a indultar o cortar la cabeza?
"Hijo mío, ¿pero a ti te van a indultar o cortar la cabeza?"

8 ¿Dos días seguidos de fiesta? Eso para algunos

En Jueves Santo era normal que antiguamente hubiera negocios abiertos, porque el Viernes Santo era totalmente sepulcral, y nunca mejor dicho. Ni pan, ni periódico, ni televisión, ni cafeterías. Hoy en día ambas festividades son más laxas, el Jueves abrirán los supermercados de rigor, y el Viernes, pues abrirá el estanco, la panadería, todos los bares, el 24 horas, y ni qué digamos las tiendas de souvenirs y productos típicos... Vamos, que como no tengas un trabajo tipo "de oficina", es muy probable que te toque pringar. Porque si estamos dos días seguidos sin poder comprar papel higiénico, parece que se acabe el mundo. Cuando el capital manda, ni la religión te salva.

9 Los precios están por las nubes

¿Vacaciones en Semana Santa? ¿Salir a tomar unas cañas por el centro? ¡Ni de broma! Como pegarse un viajecito es ya tradición en estas fechas, los hoteles, los aviones y los bares aprovechan para subir los precios. Y las palmas, las monas de chocolate, los regalos a los padrinos, madrinas y ahijados... Si es que es mucho gasto. Se convierte en una fecha muy bonita y memorable para quien se lo pueda permitir, más te vale no salir de tu barrio, máxime si vives en un destino muy cotizado. Ya lo hemos dicho, ¡cuando el capital manda, ni la religión te salva! 

Artículos recomendados

Artículos relacionados
Contenidos que te pueden interesar