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Ciencia

Abre unas latas de salmón que caducaron en 1979: lo que encuentra dentro sorprende a todos

Los autores de un estudio científico no han podido esconder su asombro después de encontrarse con una gran sorpresa dentro de las latas.

Abre unas latas de salmón que caducaron en 1979: lo que encuentra dentro sorprende a todos

Las conservas son un gran aliado en cualquier despensa. Su fácil preparado, su versatilidad para preparar todo tipo de platos, su larga fecha de caducidad y su fácil conservación las convierten en un gran recurso, especialmente en situaciones de crisis como el apagón reciente que experimentó España.

A pesar de su larga fecha de caducidad, las conservas también tienen una fecha límite de consumo. Por este motivo, si se rebasa esa fecha, lo habitual es tirar el producto y jamás consumirlo, puesto que no se puede garantizar su seguridad.

Sin embargo, una lata de conservas caducadas durante décadas también puede suponer una interesante fuente de información para los científicos. Así lo ha demostrado un reciente estudio que ha generado gran sorpresa por sus conclusiones.

Análisis de una conserva caducada durante décadas: esto había en su interior

El estudio está realizado por un equipo de la Universidad de Washington y fue publicado en la revista Ecology and Evolution. Consistió en analizar más de 170 salmones enlatados, procesados entre 1979 y 2021, para comprender mejor las condiciones y entorno del que provienen estos peces.

Los científicos mostraron su sorpresa inicial después de abrir una lata de salmón caducada hacía medio siglo. Se trataba de un indicador muy positivo, puesto que durante el análisis encontraron anisákidos, unos parásitos marinos que estaban perfectamente conservados en algunas latas.

Los investigadores encontraron anisákidos en las conservas, una buena señal
Los investigadores encontraron anisákidos en las conservas, una buena señal .

Lejos de una mala indicación, los científicos explicaron que se trata de un indicador biológico positivo: "La presencia de anisákidos es una señal de que el pescado en tu plato proviene de un ecosistema saludable", explicaba Chelsea Wood, una de las impulsoras del estudio.

Este tipo de parásitos pueden detallar incluso los cambios más pequeños en los ecosistemas marinos, así como influir claramente en la cadena alimentaria. Inicialmente son ingeridos por el krill, después por especies más grandes como el salmón y terminan su ciclo en el intestino de los mamíferos marinos. Por ello, indican buena salud en los ecosistemas marinos.

"Si no hay un huésped presente, los anisákidos no pueden completar su ciclo de vida y su número disminuirá", explicaba Wood. Las 178 latas contenían cuatro especies diferentes de salmón capturadas en el Golfo de Alaska y la Bahía de Bristol durante un período de 42 años (1979-2021).

Los anisákidos detectados habían aumentado con el tiempo en el salmón chum y el salmón rosado, pero no en el rojo ni el coho. "Ver que sus números aumentan con el tiempo, como sucedió con el salmón rosado y el salmón chum, indica que estos parásitos encontraron los huéspedes adecuados y reproducirse", ha explicado Mastick, otro de los autores del estudio.

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