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Política

El marketing de Pedro Sánchez en la crisis del Aquarius deja consecuencias muy peligrosas

El anuncio a 'bombo y platillo' de la acogida de refugiados ha despertado la ola de xenofobia más alta desde el comienzo de la crisis económica.

La ola de xenofobia que recorre toda la Europa post-crisis ha llevado a que incluso partidos de la izquierda, como el SPD alemán, abracen algunas de las tesis racistas que han impuesto partidos anteriormente marginales, como Alternativa por Alemania o el Frente Nacional francés.

Esta vertiente europea, por el momento, no se ha reproducido en tres países: Irlanda, Portugal y España. Dos de ellos son naciones rescatadas y, la última, una de las más afectadas por la crisis. ¿El motivo? No son principales destinos de inmigrantes, cuentan con el antídoto de una extrema derecha reciente y son de tradición católica (la principal diferencia frente a las naciones de origen protestante, más enfocadas al lema "cada uno es dueño de su destino" frente al "ayudar al prójimo" del catolicismo).

Por el momento, la extrema derecha no se ha instalado con fuerza en nuestro país. VOX no cuenta con ninguna representación institucional y el partido que actúa de dique frente al ultraconservadurismo (el PP abarca por el momento todo el espectro conservador) no ha utilizado la inmigración como centro del discurso político (hasta ahora).

Esto es lo que precisamente falla en este momento. El tema migratorio se había dejado en segundo plano para centrarse en otros menesteres que afectan realmente a la ciudadanía, como la precarización de las condiciones de vida o la regeneración política.

Y llegó Pedro Sánchez

Pedro Sánchez publicitó la acogida de refugiados de manera inédita
"Pedro Sánchez publicitó la acogida de refugiados de manera inédita"

Tradicionalmente, tanto los gobiernos socialistas como los conservadores han decidido mantener una política de asilo a refugiados en segundo plano. Un buen trabajo si se quieren evitar ideas que únicamente llevan a acabar con una labor humanitaria.

En España no existe un problema migratorio. No hay bolsas de marginación y segregación de extranjeros y en ciudades como Madrid, el intercambio cultural es bastante evidente.

Sin embargo, en pleno contexto de crisis económica, ola de xenofobia y fake news... llega el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez y en una operación inédita de marketing proclama a los cuatro vientos su intención de acoger a todos los refugiados del Aquarius que intentan salvar su vida.

Aquí no importa que España esté financiando gran parte de sus programas con dinero europeo, que esta labor vaya a beneficiarnos o que algunos de los países de nuestro entorno sean responsables de la huída de estas personas de sus países de origen.

Lo que sí importa es el peligro de desafiar toda una política trabajada durante años y a los técnicos del actual Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Y hacerlo para realizar propaganda política, vendernos que tu Gobierno es el mejor y que seas consciente de la necesidad de votarte.

Lo que sí importa es el peligro de desafiar toda una política trabajada durante años y a los técnicos del actual Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Y la bola se volvió en su contra

El problema llega cuando se desata un problema de fondo que pervive en la sociedad española. La idea de mostrar barcos llenos de personas jaleando (tras salvarse de una muerte segura) y accediendo por las costas ha provocado rechazo. A pesar de que las imágenes magnifican la realidad, estas fotografías han desatado la idea latente que asegura que la gente nacida en el exterior "viene a quitar el trabajo", "robar nuestra identidad" o "disfrutar de todo tipo de beneficios".

Y aquí, de repente, comienzan a surgir todo tipo de bulos replicados en Europa. Aquellos que presuntamente llegan por parte de las mismas redes rusas que financian partidos de extrema derecha. El que escribe estas palabras ha llegado a ver, incluso, una fotografía con una bolsa de comida en el suelo con el lema "un marroquí ha despreciado la comida que le han regalado". Algunos no se plantearon la posibilidad de que quien tiró esa comida al suelo, por ejemplo, fuese algún miembro de Hogar Social.

Toda esta propaganda ha llevado a que el PP 'pablista' se dedique a lanzar guiños como "no es posible que haya papeles para todos los inmigrantes", cuando gran parte de ellos se encuentran recluidos en un CIE a la espera de su deportación.

Pablo Casado inició su liderazgo con un discurso crítico con la acogida de refugiados
"Pablo Casado inició su liderazgo con un discurso crítico con la acogida de refugiados"

Después, llega Albert Rivera y, de repente, viaja hasta la valla fronteriza de Ceuta para asegurar que el salto de inmigrantes "es el principal efecto llamada" debido a las "ocurrencias" del Gobierno de Pedro Sánchez. Es el mismo líder que, al principio del Aquarius, dijo lo siguiente: "No se puede dejar en el mar a quien necesita auxilio para salvarse".

Y, todos estos comentarios, todos los bulos de internet, toda esta llamada a la insolidaridad, terminan con el siguiente mensaje de Pedro Sánchez que ha sido bien replicado en los medios vía Moncloa: "No habrá privilegios para el Open Arms".

Un problema sociológico

Publicitar la acogida de refugiados ha activado un pensamiento latente en la mentalidad de muchos españoles
"Publicitar la acogida de refugiados ha activado un pensamiento latente en la mentalidad de muchos españoles"

El interés de Pedro Sánchez por ofrecer a la opinión pública un lavado de cara ha salido muy caro para quienes menos tienen. Ese miedo de los españoles a perder su cultura y derechos, sin contar con la falta de pago de impuestos por parte del IBEX 35 o las calles enteras de pubs ingleses con toda la cartelería en inglés que recorren parte de nuestras costas.

¿Quién quita realmente nuestra identidad? ¿Hemos olvidado nuestros viajes hacia Alemania o Suiza en el pasado para abandonar un país pobre en libertades y oportunidades? ¿Qué daño hacen las fake news?

El asunto migratorio es muy delicado y aprovechado por parte de las redes rusas, tal y como se está combatiendo desde el corazón de la UE. Fomentar el auge de partidos títeres en el Viejo Continente beneficia y mucho a Moscú: con ello permitirían ganar territorio y consolidarse en el Este de Ucrania; así como ganar influencia en la que fue su principal finca: el Este de Europa. Y termina con el más débil: aquel que coge su maleta, abandona su tierra y su familia; y se marcha solo a un país cuyo idioma desconoce.

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