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Toro de Osborne: la historia detrás de este icono de las carreteras españolas

El Toro de Osborne comenzó como una figura publicitaria y se ha convertido en todo un icono de las carreteras españolas.

Toro de Osborne: la historia detrás de este icono de las carreteras españolas

No hay viaje de carretera que se precie en el que los pequeños de la casa no estén atentos a buscar la silueta del Toro de Osborne en las "cercanías" de la carretera. Aunque cada vez quedan menos, esta figura que comenzó siendo meramente publicitaria, ha quedado grabada en la memoria de varias generaciones. A pesar de que es todo un clásico de nuestro país, muchos no conocen la historia que se esconde detrás de estas siluetas.

Con este toro, viajamos por carretera, pero también retrocedemos unos cuantos años en el tiempo. En concreto 60, cuando Osborne, una marca de vinos y licores, encargó una valla publicitaria para colocar en las carreteras españolas promocionando su brandy 'Veterano'. El diseñador Manolo Prieto fue el encargado del proyecto y la mente pensante de la icónica figura de la silueta del toro, que debía quedar integrada en el paisaje.

Pero la idea fue más allá y para colocar las más de 200 vallas en los lugares adecuados, José Antonio Osborne y José Luis Gómez Bermúdez, director de comunicación y jefe de publicidad de la marca respectivamente, emprendieron un viaje por las carreteras del país durante los siguientes años para colocar los toros de manera estratégica.

El primero de todos se colocó en el municipio madrileño de Cabanillas de la Sierra, en el año 1957. Esta silueta medía 4 metros de altura y estaba fabricada en madera, pero debido al desgaste y la erosión que sufría este material a causa de la climatología, decidieron cambiar a el material y llegaron las vallas de chapa metálica, esta vez con 7 metros de altura. Además, con este cambio también desaparecieron los cuernos pintados en blanco que lucía el animal en su diseño original.

Nuevas normativas y posibles desapariciones

Tras años cumpliendo su función publicitaria, una serie de normativas provocaron que los toros tuvieran que ser reubicados. En 1962 se aprobó un decreto ley que obligaba a retirar toda la publicidad 20 metros desde los márgenes de las carreteras, ya que esta podía distraer a los conductores.

Los encargados de las siluetas, para que la valla del toro pudiera seguir viéndose a pesar de aumentar esa distancia, decidieron ampliar su tamaño a los 14 metros de altura. Más adelante, otro decretó aumento esos 20 metros a 50, por lo que los carteles del animal fueron reubicados de nuevo.

Pero la desaparición del Toro de Osborne en las carreteras parecía ser definitiva en 1988, cuando se aprobó un reglamento que prohibía toda la publicidad visible desde la carretera. Sin embargo, el Toro de Osborne se había convertido en un símbolo tan icónico en la sociedad que la presión social hizo que estos pudieran librarse de la normativa.

Actualmente podemos ver 92 vallas a lo largo de las carreteras españolas, pero su figura ha traspasado fronteras y los toros se han convertido en internacionales. Japón, México y Dinamarca lucen un Toro de Osborne propio en sus carreteras; ¿también consumirán 'Veterano'?

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