¿Alguna vez has notado cómo te vibraba el párpado superior? Si te ha ocurrido, la realidad es que no fue tu simple imaginación, puesto que es algo que fisiológicamente sí puede suceder en algunos momentos. A pesar de que no se trata de un síntoma grave, la realidad es que es un aviso del organismo y es necesario reaccionar.
En realidad, este síntoma no suele indicar nada complejo. Pero sí de que sucede algo en nuestro interior. Habitualmente responde a una contracción muscular involuntaria, y tiene en muchas ocasiones un factor psicológico detrás.
Algunos de los factores que pueden desencadenar este fenómeno son el estrés, la fatiga o la falta de sueño. Hay que tener en cuenta que se trata de un aviso de nuestro organismo y, aunque no sea grave, debemos reaccionar para evitar que la situación empeore.
Por otro lado, un consumo excesivo de cafeína o alcohol también pueden desencadenar este tipo de temblores. Además, puede estar relacionado con otros problemas vinculados al estado del ojo, incluyendo la sequedad ocular o la irritación.
Cómo actuar si me vibra el párpado
La vibración involuntaria del párpado no constituye por sí solo un problema de salud grave, pero sí es indicativo de que algo sucede en nuestro organismo, principalmente vinculado a la alteración y cansancio. Por ello, es importante escuchar estas señales y actuar.

Es primordial que primemos el descanso y buscar momentos de relajación para reducir la fuerte carga de estrés. Una opción puede ser meditar en un parque, escuchar música tranquila en casa u optar por leer un libro durante un momento del día. También y muy importante, controlar los hábitos de sueño.
Además, se recomienda reducir y evitar en la medida de lo posible el consumo de bebidas estimulantes, como el té, café o energéticos con cafeína durante un período razonable. Además, se pueden usar compresas frías para el párpado y masajes específicos.
Por último, si el temblor involuntario del párpado afecta a la visión, si tienes antecedentes de problemas graves de la vista o la vibración está acompañada de otros síntomas como dolores, enrojecimiento o escozor, se recomienda siempre acudir a la consulta de un médico.