El Parque de El Retiro de Madrid ha vuelto a ser noticia en todas las redes sociales por un sorprendente fenómeno metereológico que no suele ocurrir en pleno centro de la capital. En todas las plataformas está circulando un vídeo que recoge lo que aparenta ser un tornado desplazándose por el agua del estanque mientras multitud de personas observan atónitos en las barcas, algunos incluso a punto de caerse de los botes.
Las imágenes han generado multitud de comentarios. Muchos usuarios han llegado a pensar que las imágenes estaban manipuladas con inteligencia artificial (IA) o que simplemente se trataba de algún tipo de meme o campaña publicitaria.
@janigarcias El calorrrrrrrrrr y lo que provoca
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Pero nada más lejos de la realidad. El fenómeno es completamente real y el sorprendente torbellino en el Parque de El Retiro, en pleno centro de Madrid, era totalmente verídico. Para sorpresa de muchos, que no se esperaban que algo así pudiera ocurrir en la ciudad.
El fenómeno tras el 'tornado' del Parque de El Retiro: la explicación científica
La realidad es que lo ocurrido no fue un tornado, al menos como tal. Para ello, sería necesario que el vórtice alcanzara las nubes y que existiera una diferencia en la temperatura del agua mucho más alta que entre el agua y el aire. Ambos fenómenos no se dieron.
Pero la realidad, es que el fenómeno ocurrió en un episodio de alerta meteorológica por altas temperaturas en Madrid. El Ayuntamiento ya ha activado en varias ocasiones durante este verano la alerta naranja, que cierra los parques históricos, por la previsión de rachas de viento de hasta 40 km/h y temperaturas superiores a los 35ºC.
El Consistorio ha seguido de este modo el protocolo de seguridad establecido para evitar incidentes derivados de las caídas de ramas o árboles. Estas condiciones, junto con la baja humedad del suelo por el calor, favorecen también la formación de remolinos y otros fenómenos poco habituales en la ciudad.
De este modo, las imágenes son totalmente espectaculares y poco habituales en la capital, aunque la realidad es que el suceso no ha dejado daños. Sin embargo, permite comprobar el alcance de las alertas meteorológicas y la necesidad de guardar prudencia en situaciones de este tipo, incluyendo medidas drásticas desde las administraciones.