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Miss Raisa ('Porque me da la gana'): "Hay gente que entiende la integración como olvidar tus orígenes"

La rapera ha publicado 'Porque me da la gana' donde, a través de su experiencia, ofrece una visión humana con la que romper estereotipos.

Miss Raisa ('Porque me da la gana'): "Hay gente que entiende la integración como olvidar tus orígenes"

Lo ha hecho a través de la música y de nuevo Miss Raisa alza su voz para hacer un alegato en contra de la discriminación. Esta vez lo hace de una manera más personal a través de las páginas que componen 'Porque me da la gana', donde hace un repaso a su vida desde que llegó a España desde Marruecos en 2004.

Imane Raissaili, nombre real de la rapera musulmana, se abre en canal para terminar con las miradas estereotipadas y exigencias culturales que buscan encasillarla. 'porque me da la gana' es un manifiesto que ha servido de catarsis que deja un único eco: respeto.

'Porque me da la gana', libro de Miss Raisa Instagram @itsmissraisa

'Porque me da la gana'. Un repaso a tu vida a modo de manifiesto. Y vaya título, toda una declaración de intenciones

Sí, es un título muy potente. Creo que resume la actitud que intento llevar últimamente: hacer las cosas porque a mí me dé la gana, porque me guste, porque me nazca y no porque me lo diga otra persona.

Siendo un repaso a tu vida, ¿te dio miedo abrirte de una manera tan personal para que todo el mundo lo pueda leer?

Fue un proceso muy duro, incluso cruel en ciertos momentos. El exponer mi vulnerabilidad me ha dado mucho miedo, pero es cierto que ser vulnerables nos hace muy fuertes. Al final, aceptar cada etapa de mi vida me hace sentir indestructible. Ahora la gente conocerá mis luces y mis sombras y una vez sabida toda esta información, ya nadie podrá atacarme con nada porque yo mismo lo habré expuesto. Me encanta tener el poder de mi propia historia.

Tu mensajes siempre ha sido de libertad y respeto a la multiculturalidad, ¿qué va a aportar tu libro en esta lucha?

Va a aportar mucha humanidad y mucha empatía. Es poner un altavoz a una realidad que está más cerca de lo que pensamos. Realidades que están en la sociedad pero que están invisibilizadas. Este libro aporta ese acercamiento a una historia muy real y muy auténtica de una niña de ocho años que tampoco eligió venir a España y le pillo de sopetón. Es muy bonito pararse a escuchar y entender otras realidades.

¿Qué le dirías a aquella niña que llegó a Barcelona y se tuvo que enfrentar al rechazo por sus orígenes sufriendo incluso bullying?

Que todo irá bien porque es una buena persona. Y cuando haces las cosas con amor, con cariño, con respeto y educación no hay otra opción que las cosas te vayan bien. La vida es muy dura y te pega muchos palos, pero son lecciones y no puedo utilizar la carta de la víctima lamentándome por las cosas que me han pasado. Todos pasamos por situaciones complicadas y queda en nuestras manos reconducir nuestra situación. Seguir regocijándonos en el victimismo o coger las riendas de nuestras vidas y tomar decisiones, atrevernos y arriesgar. Yo siempre he tenido mucho amor hacia mí misma aunque no siempre he sabido transmitírmelo de la manera correcta. Siempre he creído que era una chica guay, inteligente y con un corazón bonito. Así que si tuviera que decirle algo sería eso, que todo irá bien, que confíe en ella porque esa confianza en mí misma es lo que me ha llevado a construir todo mi mundo.

La vida es muy dura y te pega muchos palos, pero son lecciones y no puedo utilizar la carta de la víctima lamentándome por las cosas que me han pasado

¿En qué momento empezaste a sentir ese sentido crítico que tienes? ¿Cómo fue tu despertar?

Mi despertar ha sido gracias a la música. La música es la que me ha hecho ver más allá de la actitud tímida y súper introvertida que yo tenía. Yo admiraba esa actitud en los artistas que escuchaba de pequeña y quería tener esa personalidad tan atrevida y tan valiente. Ahí ya me estaba proyectando. Así, con el tiempo fui atreviéndome a hablar más por mí misma, aprendí a decir que no, a debatir las cosas para también descubrir. Soy una persona que está en constante cambio. Hay que estar en paz con uno mismo y aceptar todos tus cambios. Mi despertar fue por ahí. La música fue la que me recondujo a encontrarme. Conocerme fue un placer, la verdad.

La música fue la que me recondujo a encontrarme

Tu principal medio de expresión, junto a las redes sociales, ha sido la música. ¿Cómo es ser mujer, musulmana y rapear? ¿A qué prejuicios te enfrentas en ese mundo?

Al pecado y no pecado. El formar parte de una comunidad religiosa te obliga a regirte por unas normas o unos estándares. En mi caso, el ser mujer y dedicarme al arte, a la música, es algo que siempre me ha traído muchos comentarios de que soy una pecadora. Me han relacionado hasta con el mundo de las drogas, lo que es de una ignorancia muy atrevida. Ahí ves también la hipocresía cuando ves que hay raperos musulmanes y no reciben ningún tipo de comentarios sobre religión o sobre si es pecado. Aquí vemos un gran ejemplo de machismo, hipocresía y doble moral. Me desespera y me decepciona, pero a estas alturas que ya me ha pasado de todo, sigo luchando por lo que yo creo, aunque eso signifique enfrentarme a todo el mundo.

El rap y la música, la gran pasión de Miss Raisa
El rap y la música, la gran pasión de Miss Raisa Instagram @itsmissraisa

¿Cómo ha afectado a tu familia que seas una mujer que se sale de la norma que ellos han conocido?

Es algo que siempre impacta. Con lo tímida que era, no se esperaban que empezara en la música. Ha sido un proceso de reeducación intenso pero muy fructífero. Mi madre ha sido educada un contexto sociocultural muy complicado y machista, a ella no la dejaron estudiar porque estaba mal visto por ser mujer, por lo que es analfabeta. Ella también ha sufrido prácticas y tradiciones muy machistas. Y a pesar de que ella haya actuado como tal, es una mujer muy interesante y con ganas de actualizarse y entender el mundo en el que vive. Yo he querido hacerla participe de mis proyectos y de mi estilo de vida. Hacerle ver que no es incompatible ser artista con ser buena persona. El haberme acercado con paciencia y ansias de educación, a ella le hacen sentirse muy segura porque la he hecho partícipe de mi propia vocación.

Críticas el sentido que algunos le dan a la palabra "integración". ¿Cómo la explicas tú?

Es muy complicado porque cada quien entiende la palabra "integración" como más le conviene. Recuerdo cuando aterricé en Barcelona y sentí que sería mi hogar. Tenía los retos lingüísticos, además con dos idiomas, el catalán y el castellano; el esforzarme para estar al mismo nivel que mi clase. Te esfuerzas muchísimo pero hay gente que entiende la integración como el olvidar tus orígenes. Al final todos somos lo que somos por todo lo que ha formado parte de nuestra vida y yo no puedo renegar de Marruecos. He nacido en un barrio con determinadas tradiciones y con determinados valores y todo eso forma parte de mí, está en mis venas. Me quedo con las cosas chulas que mi familia me ha enseñado, con las prácticas bonitas. Saber de dónde uno viene es importante para encaminarte hacia donde quieres ir. Sino sería renegar de tus orígenes y yo soy una súper Raisa, todoterreno, por las experiencias que he tenido en Marruecos. Hay que valorar, aceptar y querer todo lo que forma parte de nosotros. Por lo que integración para mí nunca significará olvidar de donde vengo.

Hay gente que entiende la integración como el olvidar tus orígenes

¿Cómo es estar entre esos dos mundos y no terminar de ser aceptada en ninguno?

Qué te voy a contar (risas). Es muy delicado estar en el punto medio de dos culturas porque quieren que elijas. O eres de Marruecos o eres española, no puedes ser las dos cosas, es imposible. ¿Y por qué no? De pequeña incluso me sentía culpable por sentirme demasiado española. Recuerdo una conversación con mi tío en la que le decía que yo era catalana porque llevaba más tiempo aquí que en Marruecos. Y él me llamó la atención por ese tipo de pensamientos que yo tenía. Así que ya ves que ese sentimiento de pertenencia, que solo te corresponde a ti, es manipulado por algunas personas para que tampoco te acabes de sentir que formas parte de ninguna sociedad. Siempre he sido inmigrante, tanto aquí en España como cuando iba a Marruecos de vacaciones porque era la niña de fuera. Es complicado, pero he aprendido a estar orgullosa de estar en el medio.

Recibes ataques por uno y otro lado. Amenazas de muerte, incluso te han grabado en una reunión en el colegio de tu hija, ¿cómo lo gestionas?

Es muy difícil. Porque necesito de mucho acompañamiento familiar, la verdad. He tenido que reprimirme mucho este dolor, porque al final tenía que velar más por el bienestar de mi familia que por el mío. Para mi familia ha sido muy duro encontrarse vídeos por Internet insultándome, ridiculizándome o amenazándome. He tratado de protegerlos pero no es fácil vivir con el miedo de si me van a hacer daño a mí, a mi hija o a mi familia. ¡Me grabaron en el colegio de mi hija! Es un sinvivir. El miedo con el que vives es mucho más peligroso y dañino que cualquier paliza que te puedan dar en la calle. A parte de las amenazas de muerte. Que uno es el que lanza las amenazas pero no sabes quién las va a ejecutar. Así que llevo a cabo una serie de prácticas de autoseguridad que me recomendaron desde la policía. Nadie nos enseña a ir así por la vida, nadie tendría que ir así por la vida, asustado, por el hecho de expresarse libremente con respeto y educación. Pero hay personas que se sienten ofendidas por el mero hecho de que yo exista.

Hay personas que se sienten ofendidas por el mero hecho de que yo exista

Especialmente virulentos fueron los ataques cuando te pronunciaste a favor del colectivo LGTBI, ¿alguna vez te has planteado no dar una opinión o has evitado pronunciarte sobre algún tema que te importa por miedo a los ataques?

Sí que me lo he planteado. Incluso me he planteado dejar de utilizar las redes sociales como canal de comunicación. Porque no veo que sea una plataforma sana, segura y preparada para los mensajes que quiera transmitir. A lo mejor me paso a la radio o a la tele (risas). Sí que me he planteado el tema de las redes porque son demasiado tóxicas y hacen mucho daño.

Miss Raisa con el hiyab
Miss Raisa con el hiyab Instagram @itsmissraisa

Un importante paso para ti fue quitarte el hiyab, el velo. ¿Cómo lo viviste?

Fue complicadísimo. La gente se piensa que es fácil, pero es de lo más difícil que he hecho en mi vida. Más que nada por toda la reflexión previa, la lucha conmigo misma, preguntarme si lo hacia por mí o por los demás. Yo lo único que quería era desvincularme de las exigencias y las expectativas que tenían sobre mí, sentirme más tranquila, más relajada y quitarme el peso de tener que representar a nadie. Porque es algo que me ha perseguido durante mucho tiempo y estaba ya muy agotada. A nivel de salud mental ya estaba hecha polvo. Fue una de las decisiones más duras que he tomado, pero a pesar de todo el hate que me ha provocado, a día de hoy me siento muy bien conmigo misma.

Una de las decisiones más complicadas de mi vida ha sido quitarme el velo

Imagino que estarás siguiendo todo lo que está pasando en Irán

Más o menos tengo una pequeña idea. Poco después de que yo me quitara el velo pasó el tema de la joven en Irán a la que la policía de la moral la apalizó hasta matarla. Es una historia muy impactante, muy dolorosa. Todo el mundo me ha preguntado al respecto pero no hay que confundir una historia con la otra. Mi realidad es muy distinta a la de las mujeres iraníes. Ellas están viviendo una barbaridad de situación político-religiosa. Me parece muy triste esa manera de justificar, por parte de algunos, ese tipo de violencia. Valoro todo el apoyo que están recibiendo desde occidente, empatizando con la causa de las mujeres iraníes. Pero tampoco podemos caer en los tópicos de que todas las mujeres se deban quitar el velo. Yo me lo he quitado por decisión propia. Hay otras que se lo han puesto por decisión propia, porque es su símbolo identitario y es muy respetable. Hay tantas realidades como personas existen en este mundo. No tenemos que dejarnos llevar por los prejuicios.

Tienes una voz poderosa. ¿Te has planteado alguna vez entrar a la política?

Todo el mundo me pregunta esto (risas). Me hace gracia y nunca he tenido la idea de meterme en política porque considero que es un percal demasiado grande y no sé si yo sería capaz de aguantar el foco mediático de la política. Imagino que lo dicen por mi capacidad tan directa y transparente de decir las cosas. Yo no sé lo que ocurrirá en un futuro. Si de aquí a diez años, cuando sea una mujer más adulta, no lo sé, quizás me llama la atención, pero por el momento me quiero enfocar en mis libros y seguir descubriendo más allá de la música.

Hablando de política, no puedo no preguntarte por Fatima Hossain, la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta. ¿Qué opinión te merece? Faltan referentes de mujeres árabes o musulmanas en la política española, ¿no?

Me encanta que me lo preguntes porque eso significa que existe y que tiene un eco importante. Yo la admiro, me encanta la fuerza que tiene. Me transmite esa valentía que yo siempre he admirado en una mujer para enfrentarse a muchas personas, algunos muy payasos que solo sueltan burradas todo el tiempo. Y ella tiene esa paciencia y esa fuerza, esa valentía de encararse a ellos aunque la llamen de todo.

El tema de la escasa presencia de mujeres musulmanes o árabes en la política española, es verdad. Podría ser un punto muy interesante por el que formar parte, porque al final representarías a un porcentaje importante de la sociedad. No sé, nunca digas nunca.

Para acabar, ¿qué esperanza tienes en que la sociedad avance en las cuestiones que reivindicas?

Yo es que no creo que esté reivindicando unos derechos imposibles o me esté flipando pidiendo cosas imposibles. Pido respeto para todo tipo de personas, respetar la diversidad que existe en nuestra sociedad. No podemos exigir respeto a los inmigrantes pero no respetar al colectivo LGTBIQ+, por ejemplo. Tenemos que respetar a los seres humanos, a las personas, más allá de las características personales de cada uno. Que yo lo veo como una riqueza cultural enorme. Tengo fe en que la gente también se dé cuenta. Se trata de reivindicar nuestra existencia. Creo que los jóvenes cada vez lo hacemos más, poner en valor lo que nos hace únicos y nos hace crecer mucho como seres humanos y como sociedad. Tengo fe.

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