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Mata a su esposa, hijas y suegra, y vive seis días con sus cadáveres

El asesino tiene 25 años, y ha sido condenado a cadena perpetua tras entregarse a la policía por matar a su familia mientras dormían.

Mata a su esposa, hijas y suegra, y vive seis días con sus cadáveres

Anthony Robert Harvey ha sido condenado a cadena perpetua por la policía australiana por asesinar a su esposa, a sus tres hijas y a su suegra el pasado mes de septiembre de 2018. Después de cometer el crimen y antes de declararse culpable ante el juez, el asesino, de 25 años, pasó seis días con los cadáveres. 

El condenado mató a sus gemelas de dos años, Alice y Beatriz, y a Charlotte, de tres años, apuñalándoles en repetidas ocasiones mientras estas dormían. Posteriormente hizo lo mismo con su mujer, Mara, de 41 años. Tras lo ocurrido, la madre de Mara y suegra del asesino, Beberly Ann Quinn de 73 años, se presentó en la casa a la mañana siguiente, y también murió como su hija. Según Informativos Telecinco, a ambas mujeres les golpeó la cabeza y las apuñaló con un cuchillo grande. 

Harvey decidió quedarse en la casa, situada en Perth, Australia, durante varios días tras el crimen. Los cadáveres de su familia los dejó tal y como estaban, y seis días después condujo 1.400 kilómetros hasta Pannawonica, otra localidad en la que tiene familia y donde se entregó a la policía, según 'Informativos Telecinco'.

Tras varios meses de investigación, el hombre ha sido condenado a cadena perpetua con orden de no ser liberado nunca, y se ha convertido en la primera persona en Australia occidental en recibir una sentencia tan estricta. El juez Stephen Hall, encargado del caso, ha admitido que en este sentido no hay otro caso "verdaderamente comparable". 

Anthony Robert Harvey junto a su mujer
"Anthony Robert Harvey junto a su mujer"

Maltratador y drogadicto

Según el juez, la sentencia está más que justificada ya que las víctimas eras completamente inocentes, las mujeres no sospechaban nada y los niños dormían cuando fueron atacados por su padre. Lo cierto es que según fuentes cercanas a la familia, el asesino se presentaba ante la sociedad como un hombre ejemplar, trabajador y buen padre. Pero al parecer, de puertas para dentro se trataba de un "perezoso, borracho y drogadicto que quería pasar todo su tiempo divirtiéndose en lugar de comportarse como padre". Así lo declaró uno de los amigos más cercanos a Mara para los medios locales. 

Este amigo también aseguró que el culpable era capaz de gastarse 300 dólares a la semana en drogas, y que posiblemente querría deshacerse de su familia porque le estaban "obstaculizando su estilo". Además, el los últimos tiempos se había vuelto controlador, maltratador emocional hasta causarle miedo a su mujer. A pesar de todo, el asesino nunca reconoció ante el tribunal los motivos que le llevaron a matar a su familia. 

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