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Una madre deja morir a sus hijas en el coche para salir de fiesta sin distracciones

Amanda Hawkins ha sido condenada a 40 años de cárcel por dejar morir a sus dos hijas en el interior de su coche mientras ella asistía a una fiesta.

Amanda Hawkins, una madre de 20 años de Kerrville, Texas, ha sido condenada a 40 años de prisión por dejar a sus dos hijas encerradas durante horas en su coche mientras ella asistía a la fiesta de un amigo.

El 6 de junio de 2017, a las nueve de la noche, Hawkins dejó a sus dos hijas en el interior de su coche con el motor encendido y el aire acondicionado puesto durante toda la noche. Sin embargo, tal y como cuenta el portal Hill Country Breaking News, Kevin Franky, otro de los asistentes a la fiesta, también testificó porque está siendo procesado en el caso, él durmió en el coche esa noche y no se percató de que las niñas estaban allí. Sobre las ocho de la mañana se despertó, apagó el motor, cerró las ventanillas y le devolvió las llaves a Hawkins.

Amanda Hawkins ha sido condenada y Kevin Franky está siendo procesado | Kerr Country Jail
"Amanda Hawkins ha sido condenada y Kevin Franky está siendo procesado | Kerr Country Jail"

Según lo contado en el juicio, cuando la madre despertó tuvo relaciones sexuales con uno de los asistentes de la fiesta y luego acudió a ver a sus hijas, que se encontraban inconscientes. Amanda Hawkins las cogió y las llevó al lugar de la fiesta para echarles agua fría en la bañera mientras buscaba en internet cómo revivir personas que había sufrido un golpe de calor. No fue hasta dos horas después cuando decidió llevarlas al hospital, donde ya no pudieron hacer nada para salvarlas a pesar de los esfuerzos de los médicos.

De acuerdo a los testimonios, Amanda envió mensajes a sus familiares diciendo que se iba a pasar unos días a San Antonio con sus hijas para llevarlas a un espectáculo acuático.

Al juez le gustaría castigar más severamente a la acusada

Tal y como cuentan las autoridades, las niñas pasaron entre 15 y 18 horas dentro del coche sin poder salir y algunos asistentes las oyeron llorar pero Hawkins decía "No, no pasa nada. Ellas lloran para dormir".

Según los testigos, la madre estuvo fumando marihuana con sus amigos en el porche de la casa donde se celebraba la fiesta y, en un momento de la noche, sacó a la más pequeña y la tuvo un rato con ellos para luego volverla a meter en el coche.

Según la sentencia, durante toda la noche estuvieron sin comida ni bebida y el calor que pasaron les pudo supone una muerte "lenta y dolorosa con convulsiones y calambres". El juez, claramente afectado, dijo durante el juicio que "esas preciosas niñas estarían aún vivas si esto no hubiera pasado" y que si él pudiera le aplicaría un castigo mayor a Hawkins.

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