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Italia inicia un pulso contra las ONG para evitar la llegada de refugiados

Italia y las ONG cada vez tardan más en llegar a un acuerdo: la llegada de migrantes no cesa.

El Gobierno italiano, apoyado en todo momento por la Unión Europea, no comparte la forma que las ONG tienen de tratar el problema de los migrantes que llegan a las cosas italianas desde Libia. El ejemplo más cercano es el que tuvo lugar hace apenas unos días; los más de cien migrantes que llegaron a la costa europea no tuvieron más remedio que esperar más de treinta horas hasta que Italia finalmente consintió que las ONG acudieran a su rescate. Esta operación solía ser antes mucho más fluida, pero poco a poco se ha ido tensando la situación, mostrando claramente cuáles son los dos bandos de esta batalla.

Por un lado, nos encontramos a todos esos trabajadores y voluntarios de las ONG que repiten, a viva voz, que lo único que están haciendo es salvar las vidas de los migrantes que llegan. Y señalan, incansablemente, que no debemos olvidar que estos migrantes están huyendo de una increíble miseria que arrasa sus países. Por otro lado, encontramos los buques italianos cuya obligación legal es disuadir a los migrantes de llegar a la frontera, aunque siempre cuidando de que no se ahoguen. Europa está cerrando las vías legales para que los inmigrantes lleguen, mas ellos continúan huyendo de la guerra y la desolación.

La situación no parece mejorar con el tiempo, sino todo lo contrario

Esta guerra entre Italia y las ONG parece lejos de acabar; el Centro de Coordinación Marítima de Roma y las organizaciones no gubernamentales no hacen más que disputar una y otra vez, luchando cada uno por sus intereses. Esta espera de más de treinta horas no es nueva, y se debe a que el barco en cuestion (Astral) navegaba con una bandera británica y, por tanto, necesitaba permiso explícito de ese país.

Una situación muy complicada
"Una situación muy complicada"

Es algo que viene de lejos. En el año 2013, Mateo Renzi (que por entonces era presidente de Italia) emprendió lo que él mismo considero una misión de rescate; la Unión Europea se negó desde un primer momento a pagar la factura, que ascendía a nueve millones de euros mensuales. Además, acusó a Renzi de generar un efecto llamada. Cinco años después, la situación es totalmente distinta, puesto que Italia ya ha señalado que si el resto de países europeos no se reparten la carga económica que supone recibir a migrantes cada día, deberían endurecer las leyes.

Pero no hay nada claro aún, solo un ambiente hostil que mantiene en vilo a las ONG. El portavoz de Proactiva Open Arms ha pedido "saber cuál es el marco legal, porque está visto que, si sigues la ley marítima internacional, acabas detenido". En los últimos meses, las llegadas a Italia han comenzado a desplomarse; se interceptan los migrantes y se devuelven a Libia, como si de mercancía se tratase, en lugar de personas que huyen de un conflicto bélico. Las prioridades del país italiano han ido cambiando con los años, y de buscar rescatar a la población, han pasado a vigilar que no lleguen a entrar. 

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