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Un competidor de lucha libre transgénero crea una gran polémica al ganar un campeonato femenino

Mack Beggs, un joven de 17 años, tenía dos opciones: o se olvidaba de la lucha libre y apartaba su sueño de ser campeón o competía en la categoría femenina.

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca muchos vaticinaban que sería el fin de la carrera en pro de los derechos LGTB. Así podían confirmarlo cuando el republicano anunciaba que daba fin a la ley estatal impulsada por Obama para que las personas trans utilizaran el baño de su sexo sentido. Si dar este paso hacia atrás no fuera poco, un competidor de lucha libre transgénero se ha situado en el ojo del huracán al ganar un campeonato estatal de mujeres porque la ley le impedía luchar contra hombres.  

Mack Beggs comenzó su cambio de género en 2015, cuando por fin confesó a su abuela que se sentía un hombre. Empezó por cortarse el cabello, cambiarse el nombre, vestirse diferente... Y terminó por inyectarse testosterona. Esto, lógicamente, ha contribuido a que su masa corporal se viese reforzada, pasando de ser una chica delgada a un hombre corpulento y con gran fuerza. 

Sin embargo, existía algo que no había cambiado en él, su pasión por la lucha libre. Desde pequeño siempre se había sentido cómodo en ese campo, y su único sueño era poder llegar a ser alguien dentro de ese mundo. Para ello, desde hacía tiempo que se venía entrenando para el campeonato estatal, pero había un problema, ¿contra quién debía competir? Su cambio de género ya se había iniciado, y era evidente que las inyecciones de testosterona le otorgan una ventaja química respecto a las demás participantes

Beggs se alzó con el título de campeón estatal en la categoría 6A femenina
"Beggs se alzó con el título de campeón estatal en la categoría 6A femenina"

Con el fin de ganar su título con equidad, Beggs solicitó poder luchar contra hombres, pero desde la Universitity Interscholastic League, le negaron esa opción, ya que según las leyes del estado de Texas, cada competidor es clasificado en función del sexo que aparece en su documento de nacimiento. Beggs estaba por lo tanto condenado a luchar en la categoría femenina si quería cumplir el sueño de alzarse con el título. 

Ante los rumores de que el joven finalmente si competiría, padres y entrenadores solicitaron el cese de la participación del joven en el campeonato. No obstante, desde la organización afirmaron que Beggs estaba en condiciones de participar, ya que sus niveles de testosterona estaban por debajo de los niveles permitidos

¿Se centró bien el debate?

Muchas compañeras consideraban injusto el uso de testosterona
"Muchas compañeras consideraban injusto el uso de testosterona"

Si hay algo que se puede argumentar con buen razonamiento, es que Beggs se estaba sometiendo a un tratamiento que hacía que situara en una situación de superioridad respecto a sus compañeras. Este era el argumento que utilizaron muchas deportistas, que no comprendían que el joven pudiera hormonarse y ellas tuvieran totalmente vetada esa opción. 

Sin embargo, otro debate surgió en torno a las complicaciones que les traía el que un joven transexual participara, puesto que su presencia hacía que tanto entrenadores como padres se vieran incomodados al tener que contestar a preguntas sobre la sexualidad. Este argumento, que nada tiene que ver con la legalidad o no de título, reabre el debate sobre la verdadera aceptación de los transexuales en la sociedad estadounidense. 

Precisamente, ese punto tiene como raíz el verdadero culpable del debate, que se ha cobrado dos víctimas, el resto de las competidoras y Beggs. Si este último hubiese podido luchar contra chicos, tal y como solicitó, habría tenido la opción de ganar un título sin tener que soportar el abucheo de la grada, dando opción a las demás luchadoras de poder competir contra unas rivales en igualdad de condiciones. 

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