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Ciudades partidas por un muro 30 años después de la caída en Berlín

La caída del muro de Berlín no ha impedido que haya grandes núcleos urbanos en los que la construcción de un muro mantiene a la población dividida.

Ciudades partidas por un muro 30 años después de la caída en Berlín

El poder de los conflictos es especialmente dañino cuando se produce entre vecinos. Los ejemplos de guerras civiles a lo largo de la historia evidencian cómo una sociedad puede quedar completamente partida en dos y permanecer en esta situación durante décadas.

Una de las expresiones más gráficas de estas circunstancias se encuentra en aquellas localidades partidas por un muro. Las heridas, en este caso, son aún más palpables, como después comprobaremos.

El referente de Berlín, cuya caída del muro en 1989 representó el final del comunismo en un mundo bipolar (no el fin de la historia como pronosticaba Fukuyama, sino el germen de un mundo multipolar); ha sido situado como ejemplo en la historia.

La capital alemana se encuentra bien reunificada y se coloca como modelo a seguir en otros casos, a pesar de que tuvo algunos factores a favor, como la ausencia de conflictos étnicos o religiosos, menos permeables a acciones externas. No obstante, el proceso ha sido caro, lento y ha dejado diferencias sociales entre el este y el oeste que se palpan en el nivel de renta, desempleo o precariedad laboral.

Han pasado 30 años desde la caída de ese muro. Berlín ha conseguido reunificarse. Pero... ¿hemos aprendido algo de la historia? Vamos a analizar algunos casos de ciudades que permanecen completamente divididas por un muro.

1 Nicosia

Nicosia es la única capital del mundo que permanece dividida por un muro entre dos sociedades que no quieren convivir bajo ningún concepto. El muro, denominado como Línea Verde, divide la isla entre el norte turcochipriota y el sur de origen heleno. Aparece inesperadamente en muchas intersecciones y corta tajantemente la vida de una ciudad mediterránea, acostumbrada a pisar el asfalto en sus quehaceres diarios.

La tensión en la isla, es alta y ha llevado a mantener una misión permanente de la ONU desplegada en la zona para garantizar la paz y la seguridad en todo el territorio. 

Oficialmente, Chipre es solo un país, al menos a ojos de la Comunidad Internacional. La denominada República de Chipre, la del sur, está plenamente integrada en la Unión Europea, utiliza el euro y se encuentra ultimando trámites para incoporarse al Espacio Schengen. La del norte, sin embargo, anhela la integración con Turquía.

Los muros en Nicosia emergen en cualquier intersección y dejan zonas completamente abandonadas
"Los muros en Nicosia emergen en cualquier intersección y dejan zonas completamente abandonadas"

El conflicto entre el norte y el sur viene de lejos. Después de la colonización de la isla en 1959 y la fundación de la República un año después, el gobierno inició la denominada 'Enosis', un proceso para anexionar la isla a la Grecia continental.

La comunidad turca, entonces una minoría, se mostraba en contra y empezó a plantear el 'Taksim': la partición de Chipre para dejar media isla bajo el control de las autoridades de Ankara.

El Gobierno terminó firmando un acuerdo donde los grupos políticos renunciaban a aquellas demandas pero, en 1974, un grupo de militares griegos y chipriotas dieron un golpe de estado para revivir la 'Enosis', auspiciados desde Atenas por la denominada Dictadura de los Coroneles.

Aquello no salió bien. Turquía actuó de inmediato e invadió la isla a través de la denominada 'Operación Atila'. El 37% quedó en manos turcas y más de 140.000 grecochipriotas tuvieron que huir despavoridos hacia el sur de la isla para evitar represalias.

Desde entonces, el norte ha quedado constituido como un estado no reconocido internacionalmente y bajo la tutela de Turquía. Las relaciones con el sur son inexistentes, como evidencia la partición de Nicosia. Y muchos exiliados piden constantemente sin éxito el retorno a sus antiguas casas. 

2 Belfast

La ciudad norirlandesa de Belfast es una de las que han vivido con mayor virulencia la acción de los denominados Muros de Paz, construidos para evitar la convivencia entre ciudadanos católicos y protestantes.

Los muros tienen alturas variables, aunque predominan los 5,5 metros de altura. Además, están coronados por vallas metálicas. El objetivo es muy claro: impedir el lanzamiento de cócteles molotov, cohetes, botellas y piedras entre un lado y el otro.

La mayoría de los muros cuentan con puertas que permiten el paso controlado de personas durante el día mediante la vigilancia de las autoridades. Sin embargo, durante la noche, el paso se cierra por completo.

Uno de los muros que divide Belfast
"Uno de los muros que divide Belfast"

Las consecuencias de esta separación han sido palpables. La ciudad de Belfast pierde constantemente población y, además, los unionistas viven un éxodo hacia la periferia por las tensiones. De hecho, la zona unionista ha vivido un progresivo abandono de viviendas que ha llevado a demoler hileras completas de casas, mientras que en la zona nacionalista hay escasez de vivienda. Sin embargo, no se plantea trasladar a la población de una zona de la ciudad a la otra porque es políticamente inviable.

A pesar de que el conflicto en Irlanda del Norte terminó aparentemente con la firma de los Acuerdos del Viernes Santo de 1998, lo cierto es que algunas zonas de este territorio no ven el momento de desarticular una serie de barreras que siguen en pie más de dos décadas después de aquella rúbrica.

En la actualidad hay un total de 99 muros de la paz y las tensiones generadas por algunas circunstancias como el Brexit no ayudan a desinflamar la situación en una sociedad completamente resquebrajada.

Además, a pesar de que la banda terrorista IRA está oficialmente desarticulada, las autoridades temen al denominado Ejército Republicano Irlandés Auténtico, también denominado Nuevo IRA. La última actuación de este grupo fue el asesinato a tiros y en plena calle de la periodista Lya McKee el pasado 18 de abril de 2019.

3 Calais

No hay muro que esconda una vergüenza, una incapacidad de convivir entre los distintos, pero el de Calais incluye una serie de matices que distan de lo político o religioso: en él se juntan una suerte de apartheid, insolidaridad, clasismo, falta de respeto a los derechos humanos y xenofobia que han llevado a calificar a esta valla como la vergüenza de Europa.

El muro consta de un kilómetro de largo y cuatro de altura y secciona una zona de la localidad, en la que se encontraba un campo de refugiados, respecto al resto de la ciudad. El objetivo es muy claro: evitar el paso de migrantes

El muro de Calais bloquea el acceso desde un campo de refugiados situado dentro de su término municipal
"El muro de Calais bloquea el acceso desde un campo de refugiados situado dentro de su término municipal"

En su construcción se han invertido 2,7 millones de euros. Se trata de la mayor ensoñación trumpiana vista en el Viejo Continente, con permiso del Brexit, aunque con autoría en Londres: el Gobierno británico pagó toda la construcción porque Calais es una frontera adelantada de Reino Unido, ya que la mayoría esperan una oportunidad para cruzar el Canal de La Mancha con destino a Dover.

La zona está controlada completamente por la policía, que evita el paso de los pocos migrantes (principalmente de Sudán y Afganistán) y se cerciora de que no vuelven a pisar la zona.

Para más inri, hay intención de pintar las paredes con ramas y flores. Sí, una decoración pintoresca para una de las mayores vergüenzas de Europa en la última década.

4 La ruptura de Abu Dis y Jerusalén

Abu Dis y Jerusalén han tenido una relación especial en el pasado. El gran tamaño de ambas (actuaban como un solo casco urbano) y la cercanía que las une eran garantía de una convivencia... que ha quedado completamente dinamitada.

El muro de 800 kilómetros que se extiende por Cisjordania y rodea Jerusalén ha dinamitado muchas vidas. El Gobierno israelí comenzó su construcción en el año 2002, uno después de los atentados del 11-S, con el pretexto de parar la entrada de terroristas. Desde entonces, los palestinos han calificado a esta valla con el sobrenombre de 'Il yidaar il fasel', el muro de la separación; muchos activistas lo consideran un 'muro del apartheid' y, en Israel, se limitan a valorarlo como una mera barrera de seguridad.

El barrio de Abu Dis y el Jerusalén se encuentran completamente separados por un muro de grandes dimensiones
"El barrio de Abu Dis y el Jerusalén se encuentran completamente separados por un muro de grandes dimensiones"

El caso de Abu Dis, como suburbio de la propia Jerusalén, es uno de los más llamativos. Mucha gente que acostumbraba a dormir en esta zona y realizar su vida diaria en la zona israelí, ahora se ha visto completamente excluida. Los trayectos que antes se realizaban en 10 minutos ahora llevan varias horas, incluyendo todo tipo de trámites burocráticos que dificultan la normal vida diaria de sus habitantes.

"Cuando no había muro, todo era un poco más fácil, podíamos llegar prácticamente a donde queríamos; pero se acabó. La segunda Intifada (2000-2005) significó eso: vivir en un lugar donde te sientes encarcelado sin estarlo realmente", lamentaba Fadi Abu Hillah, vecino de la localidad, en 2017a la Cadena SER.

5 Ciudad Juárez-El Paso

Ciudad Juárez en México y El Paso, en Estados Unidos, formaron la misma urbe mexicana hasta el año 1848, dividida únicamente por un río pero compartiendo vida entre ambos lados.

En la actualidad, la relación entre ambas zonas no está completamente rota, pero el muro que separa una frontera que en este caso es permeable constituye una de las fronteras más desiguales del planeta.

El simple hecho de nacer unos kilómetros hacia el norte o hacia el sur de la valla implica una importante diferencia en el nivel de vida, perspectivas de futuro, salario y, sobre todo, inseguridad: Ciudad Juárez es uno de los territorios con mayor tasa de criminalidad del mundo.

Ciudad Juárez y El Paso formaron parte de la misma ciudad y actualmente bordean una de las fronteras más desiguales del mundo
"Ciudad Juárez y El Paso formaron parte de la misma ciudad y actualmente bordean una de las fronteras más desiguales del mundo"

"En Juárez, por el mismo nivel de educación, no alcanza a tener trabajos para tener una vida digna. En El Paso, el ingreso per cápita de la zona es de 36.000 dólares al año y en la zona de Juárez es cinco veces menos, de 6.000 a 7.000 dólares al año. Eso abre una brecha muy grande", denuncia el director de Asuntos Binacionales del Gobierno de Ciudad Juárez en El Paso, Juan Acereto, en declaraciones a la Agencia EFE.

El muro recorre la zona estadounidense próxima al río Bravo, que actúa como frontera, donde hay una serie de pasos en los que se revisa la documentación pertinente. Este muro es el que quiere ahora reforzar Donald Trump y que, en algunos puntos, ya se ha aumentado mediante el trabajo de algunos simpatizantes, ahora con problemas con la Justicia por haber actuado en zonas de propiedad privada.

A pesar del muro que separa ambas localidades, en el pasado solo una, la convivencia entre ambas existe. Y El Paso se ha convertido, en gran medida, en el hogar en el que residen muchos de los cargos cualificados que diariamente bajan hacia Ciudad Juárez para aprovechar la mano de obra barata. Una valla que exhibe las desigualdades e injusticias que representa la actual brecha norte-sur.

La duda de Ceuta

El trazado urbano del barrio de El Príncipe de Ceuta ha provocado una frontera que diferencia y estigmatiza a sus habitantes, de mayoría musulmana | CC: Xemendura
"El trazado urbano del barrio de El Príncipe de Ceuta ha provocado una frontera que diferencia y estigmatiza a sus habitantes, de mayoría musulmana | CC: Xemendura"

A pesar de que Ceuta no está dividida dentro de su propio trazado por ninguna valla o muro, el caso de esta ciudad española plantea ciertas cuestiones como consecuencia de su localización, planificación urbana y situación geográfica.

La valla que rodea a la ciudad encuentra una especie de representación interna en la conocida barriada de El Príncipe, conocida como un foco de marginalidad de la ciudad y utilizada por los extremismos religiosos como foco de reclutamiento.

En este caso, la principal diferencia entre El Príncipe y el resto de Ceuta se encuentra en su nula planificación urbana, con una serie de construcciones más propias de las zonas menos desarrolladas de África o América Latina.

Todo ello ha creado una serie de estigmas hacia las personas que viven en estos territorios, principalmente personas con religión musulmana. Lo que, a la postre, vuelve a representar una nueva barrera entre la población católica y la que mantiene la religión islámica.

Esto, finalmente, representa un problema para la convivencia entre religiones, en un territorio donde cristianos y musulmanes se dividen prácticamente a partes iguales. Un muro invisible que tiene su efecto.

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