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Por qué no deberías encender barritas y conos de incienso: así pones en peligro tu salud

El incienso se ha popularizado en muchos hogares por su capacidad aromatizante y supuestas propiedades relajantes; pero es nocivo para la salud.

Por qué no deberías encender barritas y conos de incienso: así pones en peligro tu salud

El incienso se ha convertido en un elemento muy habitual en muchas viviendas. El olor que desprende y el significado que se le concede puede generar ambientes de relajación con los que poder sobrellevar el estrés al que nos enfrentamos a diario.

Sin embargo, este elemento que consideramos tan positivo... quizás no lo sea tanto. Algunos organismos como National Health Service (NHS), el sistema sanitario británico, no tienen duda: deberíamos eliminar por completo las barritas y los conos de incienso de nuestras viviendas.

Para justificar esta medida tan drástica, podemos resumir cuatro razones de peso que recogen el daño al que nos exponemos cada vez que encendemos uno de estos elementos en nuestras casas.

1 Aumenta el riesgo de cáncer de pulmón y problemas respiratorios

El incienso que colocamos en nuestros hogares puede generar problemas de salud
"El incienso que colocamos en nuestros hogares puede generar problemas de salud"

El humo que desprende el incienso es "sospechoso de poder causar problemas pulmonares y cancerígenos", según recoge un estudio de la Universidad China de Cantón y difundido por el sistema sanitario británico.

Según estas investigaciones, el humo del incienso podría ser tan peligroso como el humo del tabaco para los fumadores pasivos. Esa premisa, concuerda con otro estudio de la Universidad China de Hong Kong que, en 2011, también encontró correlación entre la incidencia del humo procedente de esta combustión y la posibilidad de desarrollar un cáncer de pulmón.

2 Aumenta la posibilidad de sufrir obstrucción pulmonar crónica

La Organización de Consumidores y Usuarios también ha detectado en varios inciensos hasta 3.000 µg/m³ de partículas finas 2.5 PM. Se trata de una sustancia que se encuentra en las emisiones de los coches diésel, con posibilidad de obstruir los bronquios.

Con ello, aumentan las posibilidades de sufrir una obstrucción pulmonar crónica y, probablemente iireversible. Debemos tener en cuenta que el límite fijado como saludable se encuentra actualmente en los 12 µg/m³, según todos los expertos.

3 Somete al cuerpo a otras sustancias cancerígenas

El cuerpo se ve sometido a varias sustancias nocivas cada vez que se expone al incienso
"El cuerpo se ve sometido a varias sustancias nocivas cada vez que se expone al incienso"

La palabra cáncer vuelve a aparecer en este artículo como consecuencia de la auramina O, una sustancia presente en los conos y las barritas de incienso que pueden adquirirse en la mayoría de tiendas.

Este compuesto se utiliza como colorante, con el objetivo de diferenciar cada olor de manera visual a la hora de elegir una barrita o la contraria. La International Agency of Research on Cancer (IARC) considera que representa un probable compuesto cancerígeno, aunque le otorga una baja probabilidad dentro del grupo 2B.

Uno de los motivos por los que se emplea en los colorantes, es que no participa en la combustión de los elementos. Por ello, cuando se libera al medio ambiente, la sustancia no se altera. Un meta-análisis de la China Medical University de Taichung, Taiwán, considera que hay baja probabilidad de que sea causante de cáncer de pulmón pero, sin embargo, sí tiene el poder de aumentar la agresividad en las células cancerígenas y agrandar tumores cuando el cáncer es una realidad.

4 Irrita todo el sistema respiratorio

En ocasiones podemos no ser conscientes, pero el simple hecho de respirar humo de incienso está irritando todo nuestro sistema respiratorio. Y el principal responsable de ello se llama acetaldehído, una sustancia volátil e irritante, 20 veces más tóxica que el alcohol.

La ley impide que la cantidad de acetaldehído no debe superar los 200 µg/m³, pero al menos una marca de incienso analizada por la OCU supera esta cantidad, lo que aumenta los riesgos de deterioro en el sistema respiratorio, así como otras enfermedades como el cáncer nuevamente o enfermedades del tracto respiratorio.

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