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¿Qué implica el cambio de posición del Gobierno sobre el Sáhara?

El Gobierno de España gira su posición respecto al Sáhara por intereses energéticos, territoriales y migratorios.

¿Qué implica el cambio de posición del Gobierno sobre el Sáhara?

España ha dado un giro a un asunto histórico. El conflicto del Sáhara, la última colonia que le generaba quebraderos de cabeza ha sido objeto de un cambio de calado, cuando el Gobierno ha apoyado la propuesta de Marruecos de dotar autonomía a esta región.

Esta es la noticia que ha confirmado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en una rueda de prensa pronunciada desde Barcelona, después de que el palacio real marroquí desvelara por sorpresa una carta de Pedro Sánchez al rey Mohamed VI mediante un comunicado.

En dicha misiva, el presidente del Gobierno considera que la opción de un Sáhara autónomo es "la base más seria, realista y creíble" de las soluciones que se habían aportado hasta la fecha sobre el conflicto. Con ello, se abandona el referéndum de autodeterminación, que es la alternativa por la que España había apostado hasta la fecha.

"España reconoce los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos, en el marco de la ONU para buscar una solución mutuamente aceptable", asegura el Gobierno. España sigue, con ello, el camino por el que ya apostó en el pasado Alemania, con un reconocimiento similar, o Estados Unidos, que apoyó a Rabat en el pasado y ahora ha afirmado: "Seguimos considerando el plan de autonomía de Marruecos como serio, creíble y realista".

España había mantenido cierta cercanía al Sáhara español por su condición de excolonia y de lejanía con la posición marroquí por lo que supuso la Marcha Verde. ¿Qué supone este cambio de postura histórico?

1 Política energética

"Hoy iniciamos una nueva etapa de la relación con Marruecos basada en el respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos, la asencia de acciones unilaterales y la transparencia y comunicación permanente", ha asegurado el Gobierno.

El cambio de postura se produce, precisamente, en un momento clave: la invasión de Rusia a Ucrania. El Viejo Continente se encuentra en un momento decisivo a nivel energético, puesto que su dependencia energética de Moscú, sobre todo en Europa Central, puede generar problemas de escasez.

Los conflictos territoriales en el Sáhara han generado problemas de abastecimiento, por las tensiones que derivan entre Argelia y Marruecos, que comparten gasoductos que derivan nuestro continente.

No hay que olvidar que fue Rabat quien cortó el pasado mes de noviembre el suministro de gas a través del gasoducto Magreb-Europa, aislando de esta forma a su vecino, algo que todavía no se ha revertido. Argelia también tiene cortado el suministro de gas a España a través de los gasoductos que surten a través de Marruecos.

El gasoducto Magreb-Europa, cuya concesión se otorgó a Europe Maghreb Pipeline Limited (EMPL), propiedad de Naturgy y Galp y el Gobierno de Marruecos, ha sido históricamente una de las principales puertas de entrada del gas en nuestro país con más de 200 billones de metros cúbicos de gas natural (bcm). Ahora permanece cerrado.

España ha priorizado, en las circunstancias actuales, pacificar su flanco meridional. El apoyo español a Marruecos podría incrementar a priori la tensión con Argelia por el apoyo de este segundo país al Frente Polisario, pero Argelia tiene mucho que ganar en el veto al gas ruso. España, además, puede convertirse en el gran gasoducto de Europa. De hecho, el suministro de gas está a pleno rendimiento y las autoridades españolas y argelinas siguen buscando fecha para realizar la inauguración de la ampliación de Medgaz.

2 Control migratorio y territorial

No es el único factor a tener en cuenta. El acuerdo con Marruecos también tiene en cuenta el acercamiento con nuestro socio meridional, que en la Unión Europea siempre ha sido visto, como en el caso de Turquía, un socio exterior estratégico en el control de las fronteras del Espacio Schengen.

Además, Ceuta y Melilla vivirán finalmente el desahogo que necesitarán después de vivir una pandemia de auténtico estrés económico. Ambas ciudades han tenido que soportar un cierre prácticamente total de las fronteras bajo la excusa de la crisis sanitaria, algo que también ha ahogado sus economías.

Todo esto se une a temas territoriales. Marruecos ha jugado con los temas territoriales durante los últimos años: reivindicar la soberanía de Ceuta y Melilla, aguas territoriales de Canarias... todo esto, en teoría, debería terminar con las firma de estos acuerdos.

3 Desequilibrio en el seno del gobierno

El Gobierno actúa con el apoyo de la UE, pero la decisión genera serias tensiones dentro de la coalición y, en este caso, no hay divisiones dentro de Unidas Podemos. Tanto la formación morada como Yolanda Díaz (que no forma parte del partido) se han posicionado en contra del acuerdo con Marruecos en la cuestión del Sáhara.

Podemos, de hecho, mantiene la solución inicial del PSOE, es decir, que la "única solución" al conflicto es la celebración de un referéndum y "respetar la libre determinación del pueblo saharaui". Y no es el ´único partido de la mayoría parlamentaria que mantiene esta posición: prácticamente todo el bloque que sostiene al Ejecutivo central sostiene la misma determinación.

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