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Paloma Navarrete: 'Que mi bisabuela fallecida me visitara por las noches para mí era normal'

La médium de 'Cuarto Milenio', formada en Guatemala, nos desvela los detalles del don que le permite comunicarse con los muertos.

¿Hay vida después de la muerte?, ¿existen los fantasmas o los espíritus?, ¿realmente se manifiestan en el mundo de los vivos?, ¿se puede contactar con ellos? Son solo algunas de las preguntas sobrenaturales más formuladas de todos los tiempos, y para intentar esclarecer algunas de ellas nos hemos trasladado hasta la consulta de la médium Paloma Navarrete.

Seguramente su nombre no te sea del todo desconocido, la bruja blanca, tal y como se denomina ella, es una de las tarotistas más solicitadas del país, colaborando habitualmente en 'Cuarto milenio', el programa de Iker Jiménez en Cuatro, con espeluznantes y sobrecogedores casos. 

Altruistamente y desarrollando el campo de la investigación del más allá, Navarrete también forma parte del grupo Hepta, asociación de profesionales de distintas disciplinas que se dedica a todo lo relacionado con los fenómenos paranormales.

No tengas miedo y descubre a través de su propio testimonio el insólito y cuestionado don que posee.

¿Cuál es tu profesión?

Yo soy bruja, y aunque suena fatal, es así. En el país que yo me formé los magos no existen, ellos son los prestidigitadores, los ilusionistas. Solo hay brujos y chamanes blancos y negros, y yo soy bruja blanca.

Tengo unas capacidades especiales que he desarrollado durante muchos años para poder comunicarme con personas fallecidas.

Paloma Navarrete, bruja
"Paloma Navarrete, bruja"

¿Cómo descubriste que tenías esta habilidad?

La descubrí porque cuando era pequeña veía a mi bisabuela muerta, yo nunca llegué a conocerla cuando estaba viva. Venía por las noches y se sentaba al borde de mi cama, me arropaba y me daba las buenas noches. Algo que me parecía lo más normal del mundo.

¿Cómo recuerdas esos primeros contactos?

Maravillosamente, a mí me encantaba. Piensa que yo sabía cosas antes de que ocurrieran, la única lata es que cuando se lo decía a mis amigas me decían que era una mentirosa y me lo estaba inventando.

¿Qué te decía tu familia?

Mi abuela era la única que me entendía y aceptaba estas cosas, hablaba mucho de esto con ella, pero mi madre decía que eran tonterías, me llamaba 'Antoñita la fantástica' y decía que tenía mucha imaginación e inventaba cosas.

¿Algún otro miembro de tu familia tiene este don?

No. Aunque yo creo que lo heredé de mi abuela, era una mujer muy sensitiva.

Una bruja nace, pero también se hace. Durante tres años me sometí a una disciplina terrible en Guatemala de la mano de Don Diego, mi chamán

Según te hacías mayor, ¿seguías viendo muertos?

No, digamos que todo aquello se durmió y se quedó en mi niñez. Cuando ya era más mayor y había terminado la universidad me fui a vivir a Guatemala, allí me encontró un chamán, me dijo que si quería aprender con él y en un rasgo de insensatez acepté.

Don Diego, mi chamán, me dijo que una bruja nace, pero también se hace, y por eso me sometí a una disciplina terrible durante tres años, canalizando mis capacidades y desarrollándolas.

¿Cómo fueron esos años de trabajo?

Yo iba casi a diario a su despacho, el tiempo que podía dedicarle cada día, y allí me ponía ejercicios de concentración, de focalización... para estimular mi capacidad de percibir. Me enseñó a acumular energía, a mantener la mente en blanco, a cambiar mi estado de consciencia... También aprendí a hacer viajes astrales, y todo ello lo aplicaba en diversos casos a los que me llevaba, lo que yo llamo trabajo de campo.

Tras tu época en Centroamérica, ¿cómo fue tu regreso a España?

Cuando regresé, aparte de dedicarme a mi profesión de farmacéutica y psicóloga, ya que trabajé muchos años en el área de investigación, monté una consulta de tarot, de la cual actualmente estoy dando ya citas para junio.

Yo fui la primera que introdujo el tarot en España, hasta entonces se utilizaba la baraja española, no el tarot. Llevo ya 35 años echando las cartas. Y gracias a todo al aprendizaje en Guatemala logré dominar la técnica a la perfección para poder comunicarme con los muertos.

Paloma ofrece consulta de tarot desde hace 35 años en su casa
"Paloma ofrece consulta de tarot desde hace 35 años en su casa"

¿Qué es exactamente lo que ves?

Veo a una persona normal pero con un cuerpo no tan denso, algo más sutil, pero puedo describirla físicamente porque la estoy viendo.

¿Y es algo que controlas o los ves de repente?

Es algo que puedo controlar. Para poder verlos uso mi bola de cristal, gracias a ella me traslado a su frontera y puedo verlos. Si no pudiera controlarlo y me dejara invadir por ellos no podría vivir.

¿Cómo llamamos entonces a esto que ves? ¿Espíritus, fantasmas...?

Llámalos espíritus si quieres.

Estos espíritus, ¿están y viven entre nosotros?

Los espíritus con los que yo me comunico son personas fallecidas en la Tierra, no son ángeles, ni guías, ni seres extraños. Son personas que se quedan en una dimensión muy próxima a la nuestra, que no siguen con su viaje porque tienen cosas pendientes aquí, están muy apegados a sus casas o su vida material, quieren mandar algún mensaje, se quieren vengar de alguien...

Aparte de estar en esta otra dimensión, dan señales para que los vivos los sientan y así poder comunicarse. Los ruidos, los golpes, las puertas que se abren... son manifestaciones reales de personas fallecidas.

Desde el grupo Hepta desarrollamos de forma altruista casos paranormales para que los espíritus continúen su camino y dejen de molestar a los vivos

Por lo tanto tú tienes la gran respuesta a la pregunta de si hay vida después de la muerte...

Por supuesto, doy fe de ello porque yo veo y me comunico con personas muertas.

¿Cómo es una sesión de videncia?

La gente se pone en contacto conmigo para concertar una cita y lo único que sé de ellos es su nombre de pila. Una vez que vienen a mi consulta, que es mi casa, yo comienzo a hablarles sobre su pasado, su presente y su futuro, y ya luego ellos me hacen las preguntas.

¿Cuánto cobras?

100 euros por una hora.

¿Incluye el contacto con espíritus?

Normalmente no. A menos que sea un caso muy particular y complicado que requiera de ello. En estas consultas lo único que hago es de vidente, no de médium, entre otras cosas porque son los fallecidos los que deciden si vienen o no, no yo.

A través de su bola de cristal, Paloma puede contactar con personas fallecidas
"A través de su bola de cristal, Paloma puede contactar con personas fallecidas"

El contacto con el más allá lo sueles llevar a cabo en el área de investigación con el grupo Hepta, ¿en qué consiste esta especie de asociación?

Es un grupo de investigación de fenómenos paranormales que fundó el Padre José María Pilón en 1987. Desde entonces nos dedicamos a la investigación de casas encantadas, palacios, lugares paranormales...

¿Cuál es el fin?

El fin es hacer que esos espíritus se vayan, que continúen su camino y dejen de molestar a los vivos.

¿Las personas que solicitan vuestra ayuda cuánto tienen que pagar?

Nada. Desde el grupo Hepta no cobramos nada por este tipo de trabajo, únicamente es nuestro campo de investigación.

Paloma, ¿crees en Dios?

Sí, pero yo lo llamo inteligencia cósmica.

La gente que no cree se mueve muy bien y está muy cómoda en estas tres dimensiones, no les interesa abrir la mente a otras posibilidades

¿Sabes cuándo vas a morir?

No lo he mirado, no me interesa. Me interesa la vida.

¿Qué le dirías a toda la gente que no te cree y te tacha de mentirosa?

Yo no me invento nada. Cada uno está en su perfecto derecho de creer o no creer, pero los fenómenos suceden. En todos los casos que investigamos desde el grupo Hepta, lo primero que hacemos es descartar las posibilidades físicas.

¿Puedes llegar a entender que haya gente que no crea en todo esto?

Claro. Realmente estamos hablando de gente que se mueve muy bien y están muy cómodas en estas tres dimensiones, no les interesa abrir la mente a otras posibilidades.

Eres una mujer que está muy puesta en la redes sociales, ¿cómo llega una bruja a tener cuenta en Twitter?

Yo estaba totalmente alejada de las redes sociales, pero con la publicación de mis libros y mi participación en 'Cuarto milenio' me he tenido que incorporar a ellas. Al final resulta que me gusta, aunque dan mucha lata.

Realmente es una herramienta más de trabajo, me escribe mucha gente angustiada o pidiéndome consejo que yo tengo que atender.

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