Brittanee Drexel, como tantos otros jóvenes estadounidenses, aprovechó sus vacaciones de primavera para irse de viaje con sus amigos sin decírselo a sus padres. Desapareció del hotel donde se hospedaba, en Myrtle Beach (Carolina del Sur) el 25 de abril de 2009, informa Antena 3.
La familia de la joven llevaba siete largos años sin saber nada de ella, hasta el verano pasado, cuando el FBI les comunicó que creían que su hija había sufrido una muerte violenta. La información procede de un hombre encarcelado por homicidio, Taquan Brown, que confesó a la policía que sabía lo que le había pasado a Brittanee. Su relato es escalofriante: la chica fue violada en grupo, y cuando intentó escapar vio cómo la apalearon y la dispararon. Finalmente, su cadáver fue arrojado a un estanque con cocodrilos, donde los animales lo devoraron. Esta parte de la narración ha sido confirmada por más testigos. Además, basándose en la señal del móvil de la joven, la policía cree que Brittanee fue secuestrada en una casa durante tres días, donde finalmente fue asesinada.
Crimen sin culpables
El principal sospechoso es un hombre llamado Timoteo Da'Shaun Taylor, que por falta de pruebas nunca ha sido arrestado. El cadáver de la adolescente jamás ha sido encontrado, y la policía no tiene muchas esperanzas al respecto. Sin embargo, la búsqueda no cesa, y ya se han inspeccionado 14 de los 40 estanques de cocodrilo que se cree que hay en la zona.
El pasado viernes los padres de Brittanee Drexel aparecieron por primera vez en televisión desde el trágico suceso, y relataron entre lágrimas detalles de la investigación, con la esperanza de que se haga justicia para su joven hija.
