El pasado mes de diciembre, la Conferencia Episcopal Española (CEE) presentó lo que describió como los informes "más completos de los existentes" sobre pederastia en la Iglesia. El informe del despacho de abogados Cremades & Calvo-Sotelo, llamado 'Para dar luz', recoge un total de 1.302 denuncias de casos de abusos sexuales ocurridos en el seno de la Iglesia católica española y "un mínimo de 2.056 víctimas".
Sin embargo, según recoge El País, se excluyen al menos 325 casos que ya han sido comunicados por orden y diócesis al Defensor del Pueblo. Solo empezar, el informe presenta una lista de 806 casos de pederastia conocidos, una cifra muy alta, pero no tanto como lo sería con estos más de 300 otros casos que no han acabado en el documento de la Iglesia.
Un número aún mayor
De igual manera, el número de denuncias ignoradas por la Iglesia es aún mayor, al menos 654, si se compara la cifra oficial de la CEE con los clérigos acusados que realmente se conocen: hasta el momento, 1.460, con al menos 2.608 víctimas.
Cabe recordar que, al desdeñar estos casos, la Iglesia española desobedece al Papa, que obliga a investigar cada posible abuso ante las más mínima información, incluida la de los medios. A lo que, como ya hemos indicado, la CEE replica que "no tiene acceso a la base de datos", aunque es pública desde hace casi tres años.
Ejemplos evidentes
El ejemplo más evidente de las lagunas del estudio de la CEE es que no figuran los maristas, la segunda congregación con mayor número de denuncias después de los jesuitas. Sin embargo, esta orden ya reconoció 130 al Defensor, y tiene 137 en el recuento de El País. Fuentes de esta orden afirman que enviaron a la CEE "todo lo que le pidieron" y que desconocen por qué no figuran en el estudio.
Además de las órdenes que no aparecen en el informe, 15 congregaciones y 10 diócesis enviaron más casos al Defensor, de los que aparecen luego registrados por los obispos. Entre las órdenes, por ejemplo, solo figura una de las tres provincias de los escolapios con 8 casos cuando la orden admitió 32 al Defensor, y consta con 45 en la investigación de El País.
Tampoco figuran los casos mediáticos
Es más sorprendente aún que no figuren en el informe de la Iglesia órdenes con casos que han tenido un importante eco mediático pero parecen no existir para la Iglesia. Por ejemplo, los abusos en la Abadía de Montserrat, que el propio monasterio reconoció; O el caso del colegio de San José de los menesianos de Bermeo entre los años setenta y ochenta, descubierto por ETB en 2022. Lo mismo ocurre con la orden de San Viator, que tiene uno de los casos más graves conocidos, el de José Ángel Arregui Araña, detenido en Chile en 2010 y que había abusado de la menos 17 menores en colegios españoles. Esta congregación admitió 12 casos al Defensor, pero no consta en el informe de los obispos. En definitiva, no solo es que no se hayan contabilizado casos del pasado, o los ocultos en los archivos, sino que se ignoran muchos que ya han aparecido en medios.
Respuesta de la CEE
Ante esta discrepancia con los datos del informe y los datos públicos, la CEE ha respondido que desconoce el motivo, "pero puede estar porque se han pedido cosas diferentes, en momentos diferentes", ha expuesto el responsable de prensa de esta institución religiosa, José Gabriel Vera. Sin embargo, los datos del Defensor del Pueblo se publicaron en un informe el mes de octubre y desde la CEE se ha asegurado de que ha creado sus datos con las de este informe previo.
"Muchas diócesis están hartas de los fontaneros de la Conferencia Episcopal", ha lamentado un alto cargo de la diócesis, valorando que "han manipulado las cifras, no han sido errores con los números, el objetivo final es que salgan menos casos para ensombrecer la auditoría de Cremades".
Lo cierto es que, tras las quejas, la CEE ha ido corrigiendo el documento silenciosamente, con nuevas actualizaciones del PDF disponible en la web que iban borrando las anteriores. El autor de estos constantes retoques, según aparece en los metadatos del documento digital, es el director de prensa mencionado, José Gabriel Vera.
